«De casta le viene al galgo».
A K.J. Martin no le da para ser All-Star (ni ahora ni, probablemente, nunca) como sí lo fue su padre, Kenyon Martin Sr. Pero lo que ambos sí comparten, es su facilidad para flotar.
Del jugador interior de los Houston Rockets temimos, en sus comienzos, que no durase en la NBA más allá de lo que tardase en gastar el poder de su apellido. Sin embargo, pronto demostró que su tardía elección en el Draft (pick 52, mientras que su padre fue número 1) no iba a mandarle directo al fondo de la rotación. Jugar también en una franquicia desnortada como la de los Rockets ha ayudado, pero Martin Jr. se encuentra en su tercera temporada con su mejor promedio en minutos (24) y puntos por partido (10,4), aunque debe seguir progresando si no quiere quedarse atrás en la reconstrucción y crecimiento de la franquicia.
De momento, y como informa Shams Charania, se coloca al calor de los focos en el próximo Concurso de Mates, uniéndose a Shaedon Sharpe, el otro participante confirmado hasta la fecha.
¿Qué puede ofrecer?
Su gran virtud, más que lo elevado de su salto (del que tampoco va mal, ojo), es la potencia del mismo.
Martin Jr. ha dejado ya una buena colección de mates desde que llegó a la liga, destacando en varios de ellos por la fuerza con la que embiste el aro; es desde el high school, además, todo un aficionado a los molinillos y los tomahawk. Y el Slam Dunk Contest clama por algo de chispa tras varios años de fútil mamoneo.
En el Combine de 2020 no destacó en sus marcas a pies parados pero sí demostró sus aptitudes en carrera, donde alcanzó las 38,5 pulgadas (casi 98 centímetros) lejos, eso sí, de las 44 (112 cm) de Cassius Stanley, actual jugador de los Rio Grande Valley Vipers de la G League.
DON’T 🗣 JUMP 🗣 WITH 🗣 @KJ__MARTIN 🗣 pic.twitter.com/1mja364JA4
— Houston Rockets (@HoustonRockets) November 15, 2022
What do we always say?
— Houston Rockets (@HoustonRockets) November 19, 2022
DON’T JUMP WITH KJ MARTIN 🗣🗣 pic.twitter.com/NBIDTUJOE8
(Fotografía de portada de Carmen Mandato/Getty Images)