Embiid ‘trolea’ a los Clippers sin miramientos

Joel Embiid no tuvo piedad de los Clippers ni en pista ni fuera de ella. Cuando el balón estuvo en juego el pívot de Philadelphia les endosó 32 puntos y 16 rebotes. Cuando este se detuvo, ya fuese eventualmente o de forma definitiva, mandó diversos mensajes para esos rivales que intentaban frenarle sin éxito.

Una de las pruebas del nivel exhibido por Embiid es que los dos jugadores encargados de defenderlo, DeAndre Jordan y Willie Reed, acabaron sentados en el banco antes de tiempo tras cometer seis faltas cada uno. Ese detalle, el de sentirse dominador en todo momento, fue recordado de esta manera por el center de Sixers con el siguiente recado para Jordan.

Sí. Embiid recordaba a todos los presentes en el Staples Center que una de sus estrellas ya estaba eliminado y -como él dice- camino de casa. Bueno, al menos en ese casó sabía de quién hablaba, ya que poco después, en la entrevista realizada justo al acabar el partido, ni siquiera recordaba el nombre de ese segundo jugador que había eliminado por faltas.

Cuestión de carácter

Embiid es uno de esos jugadores que salta siempre a la cancha convencido de lo que hace. Anoche, en Hollywood, desquició tanto a sus rivales como para recibir una falta flagrante de Reed. No se revolvió. No protestó. Simplemente gritó: «No puede defenderme». Porque el jugador de la franquicia de Pensilvania quiere esa atención, quiere que vayan a por él. «Me encanta cuando los chicos se acercan nada mas empezar y comienzan con el trash talk. Me hace entrar en calor. Es lo que necesitaba en los dos últimos partidos, creo que me pone a tono. Fueron agresivos y tuvieron problemas con las faltas. Así es como hago mi trabajo», sentencia.


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