Pasado un primer susto, el de su torcedura de tobillo en el primer partido ante Houston Rockets, y un segundo, el de su lesión de rodilla tras un resbalón del cuarto partido, parece que la recuperación de Stephen Curry va tan bien como para que pueda acortar los plazos para regresar.
En un principio, tras realizársele las pruebas pertienentes, las cuales determinaron que se trataba de un esguince de rodilla de grado 1, se estimó que estaría de baja al menos dos semanas; sin embargo, una nueva información, apuntada por Marc J. Spears de ESPN, señala que Curry se encuentra mucho mejor y que espera probar su rodilla, sobre la pista, la próxima semana.
En caso de confirmarse dicho test, quedaría claro que la intención del base es volver cuanto antes, ya que el plazo de 14 días que se había dado para reevaluarlo se habría visto acortado.
Sea de una manera u otra, los Warriors no deberían tener prisa por tener de vuelta a su estrella. Para empezar, la serie entre Blazers y Clippers se está alargando, dando lugar a que puedan tomarse con calma cualquier tratamiento. Además, pase quien pase, los angelinos se han visto seriamente mermados con las lesiones de Chris Paul y Blake Griffin, mientras que Portland no parece que tenga las armas suficientes para doblegar a Golden State aunque no esté Curry.