Este domingo, los Utah Jazz anunciaban que Dennis Lindsey abandonaba su cargo como vicepresidente de operaciones de la franquicia para asumir un rol de menor relevancia diaria como asesor. El comunicado del directivo recogía una decisión meditada desde antes de la adquisición del equipo por parte de Ryan Smith para, entre otras cosas, aliviar su carga de trabajo y disfrutar más de su familia.
Sin embargo, esta salida podría estar más ligada a una decisión de la cúpula propietaria que al deseo personal de Lindsey. Según el medio The Salt Lake Tribune, el nuevo dueño del equipo tomó esta resolución queriendo establecer su sello e identidad en la organización. Así, ha optado por seguir adelante sin Lindsey y derivó en Justin Zanik como principal responsable de la toma de decisiones de los Jazz.
Uno de los principales factores que esconde esta voluntad giraría alrededor de la desconexión existente entre Lindsey y el entrenador jefe Quin Snyder. El ya ex-ejecutivo, contratado por la franquicia en 2012, había sido el encargado de incorporar al head coach en verano de 2014. Sin embargo, la relación de ambos se había ido deteriorando con el paso de los años. Una situación que derivó en cierta tensión, desconfianza y confusión en las operaciones diarias de los Jazz.
Los puntos de conflicto fueron diversos, tanto dentro como fuera de la cancha, y a distintos niveles, profundizó The Salt Lake Tribune. Lindsey había compartido en numerosas ocasiones su descontento ante las rotaciones de Snyder, con tendencia habitual a ser muy cortas y estáticas. Por su parte, el técnico se defendería apelando a una falta de nivel por parte del fondo del armario del vestuario, mientras que el ejecutivo insistía en darles más minutos para trabajar en su desarrollo.
A su vez, Snyder criticó a las oficinas principales por no haber construido el roster de forma eficiente, dejando puestos sin reforzar de forma sólida. Este escenario habría limitado sus opciones en pista y su capacidad de realizar ajustes, algo que quedó patente en la reciente derrota en Semifinales de Conferencia a manos de Los Angeles Clippers.
Otro eje de discordia habría girado alrededor del juego interior. Desde el primer año de Derrick Favors en Salt Lake City, Lindsey fue un defensor acérrimo de situarlo en pista al lado de Rudy Gobert. Sin embargo, el deseo de Snyder fue evolucionado hacia el espaciamiento y tiro exterior exhibido durante el presente curso, muy alejado de la idea del directivo del doble poste para incidir en defensa.
Profundizando en este asunto, Snyder se sintió frustrado después de que Lindsey seleccionara a Udoka Azubuike en el draft de 2020. Un perfil muy similar al de los dos centers de la plantilla y que contradijo la petición del head coach de reforzar otras carencias del equipo. Al parecer, la postura del equipo de scouting estaba más próxima a la de Snyder que a la de Lindsey.
Todos estos episodios degradaron la relación de ambos hasta el punto de que evitaban cualquier charla directa, siendo el director ejecutivo, Steve Starks, el encargado de actuar como intermediario. Así, la resolución final tomada por Ryan Smith se explica perfectamente con las declaraciones realizadas por una fuente anónima compartidas por el medio: «Quin ganó.»
El resultado final ha supuesto la degradación de Lindsey a un puesto como asesor en los Jazz. Paralelamente, David Fredman, quien ha trabajado para los Jazz desde la creación del equipo en 1974, ha recibido la noticia de que no se renovará su contrato como Director de Personal de Jugadores.
Algunos rumores sugieren que Lindsey no se contentará con este nuevo puesto y que podría buscar un rol de mayor responsabilidad en otra franquicia. A su vez, el periodista de The Athletic Tony Jones adelantó que se esperan nuevos movimientos en las oficinas principales de los Jazz, situando a Danny Ainge como una potencial contratación.
(Fotografía de portada de Steph Chambers/Getty Images)