Ayer sabíamos que el largo trago de Deron Williams por los Nets, y sobre todo por Brooklyn, fue tan malo y agónico, que el base estuvo cerca de colgar las zapatillas y abandonar su profesión.
El rendimiento de D-Will jamás fue el esperado ni el que concordaba con su nómina. Su despedida de la barriada de Nueva York no fue la más dulce del mundo, y esta noche tenía ante sí la primera oportunidad de reivindicarse. Pero ayer fue una noche nefasta para Williams. No sólo por la derrota ante los Raptors y el duro rapapolvo de su entrenador, Rick Carlisle, sino porque además terminó físicamente tocado.
«Lo último que quiero hacer es perderme ese partido«, aseguraba Deron al término del choque, y ha trasladado ESPN. Al parecer, el point guard ha estado experimentando molestias en el tendón de la corva y habría notado un fuerte pinchazo durante el tercer cuarto ante los canadienses, lo que le convierte en claro nominado para no quitarse el chándal en la noche de hoy. «Definitivamente, es frustrante», reconocía el base con amargor.
Recibimiento de la afición
Williams sólo logró conducir a los Nets a una segunda ronda de Playoffs, en ese año en el que el magnate ruso dispuso toda esa carne a punto de caducar en el asador. Tenían una sola vida para alcanzar el éxito y fracasaron. En estas Williams se marchó de los Nets tras haber firmado y cobrado un contrato de 5 años y 99 millones de dólares.
«Estoy convencido de que seré abucheado«, ha dicho Deron respecto a la bienvenida que espera del Barclays Center en la velada de hoy. Los fans de Brooklyn esperaban más de mí. Yo esperaba más de mí mismo. Las lesiones son duras. Un jugador que se ha lesionado año tras año te puede dar fe de ello. Te cobran un peaje físico y mental».
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