Houston blinda a su ‘5’ oficial: P.J. Tucker

Y el lazo ha sido puesto y el doble nudo hecho y apretado. El último paso, ya sea por necesidad o fruto de una idea fija, acaban de darlo los Houston Rockets en lo que refiere a su pintura.

Clint Capela se marchó y por él, a modo de homólogo, no llegó nadie (analiza Miguel Gaitán). Y Shams Charania, de The Athletic, ha informado que los tejanos no van a tardar a garantizar el contrato para el curso 2020-21 de P.J. Tucker, antiguo alero y nuevo y flamante tweener bajo el metacrilato.

De ala-pívot sistemático bajo el esquema de Mike D’Antoni desde que llegó a los Rockets, a pívot referente tras la marcha de Capela, mínimo, hasta final de temporada salvo arrepentimiento brusco en la ventana previa al arranque de los playoffs.

De los 7,97 millones firmados para el curso venidero, el jugador sólo tenía asegurados hasta la fecha 2,57, y como ha señalado Jonathan Feigen del Houston Chronicle, el secreto a voces es que dentro de Houston opinan que cinco millones adicionales es un precio fantástico por llevar al extremo su plan: el all-in por el small ball.

A sus 34 años, y siempre como titular, Tucker disputó la totalidad de la pasada RS (es decir, los 82 partidos) con promedios de 7,3 puntos y 5,8 rebotes, con un acierto del 38% desde más allá del arco de tres. En los 52 del actual, y jugando algo más cerca del aro, sube sus prestaciones en cuanto a capturas a 7,1, aunque desde el triple desciende al 36%.

De oficioso a semi-oficial

Por su parte, Basketball-Reference entiende que el cartel que se le va a colgar ahora de forma pública, no es más que el que ha lucido entre bambalinas durante 1/3 de la temporada, pues si bien en la 2018-19 entendieron que hizo labores de ‘5’ en sólo un 6% de los partidos, en la 2019-20 dicen que lo ha hecho en el 33%.

Nada menos que Kevin Durant calificó a Tucker como el mejor defensor de la NBA en el 1 vs 1, debido tanto a su velocidad de manos como a su capacidad física para resistir las embestidas y el juego de espaldas. No obstante, pasar de ocasional ‘5’ a center reconocido, le llevará a vérselas a diario con jugadores mucho más altos y corpulentos que él (recordemos que mide sólo 1,96 metros).

Un plan con pasado propio

Ben Golliver, no obstante y analizando en restrospectiva, escribía hace unos días para el Washington Post lo siguiente: «La historia de los Rockets con el small ball es anterior a la llegada de 2016 de Mike [D’Antoni] a Houston, con el GM Daryl Morey experimentando con pívots de 6’6″ cómo Chuck Hayes, hace más de una década. A lo largo de sus últimos playoffs, además, D’Antoni ha recurrido regularmente a Tucker como su pívot en alineaciones más pequeñas e intercambiables».

Houston confía (Harden incluido). Morey pone toda la carne en el asador y cruza los dedos por que Tucker y el resto no se acaben quemando. Así que por ahora, y con cada vez menos asteriscos, podemos afirmar sin miedo que ya hay pívot en Houston.

(Fotografía de portada de Sean M. Haffey/Getty Images)


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