LeBron James se convertirá este verano en agente libre una vez más. Placas tectónicas en vibración en ciernes.
Mike Maestre nos analizaba hace dos días todos los destinos, los plausibles y los más improbables, en que podría terminar The Chosen. Uno de ellos no requeriría embalar una sola caja. Geográfica y emocionalmente sería lo más fácil. Quedarse en los Cavs, el equipo de su hogar. Y si no lo hace, puede que sea debido al más paradójico de los detonantes.
A pesar de todo…
El periodista Brian Windhorst de ESPN, ha afirmado que prácticamente descarta que LeBron firme una ampliación multianual para seguir en los Cavs. Nada de hipotecar otros cinco años. No niega, sin embargo, que continúe en Cleveland, pero lo haría bajo el nuevo contrato de moda, el 1+1 (opción de jugador) como el que selló Durant con los Warriors.
Ello sería, indica el Windhorst, porque LeBron no se fía de la gerencia ni de la estabilidad del proyecto. Y ello vendría provocado, en gran parte, por el traspaso de Kyrie Irving a los Celtics. Algo que James ni entendió ni aprobó.
A pesar que marcharse fue una petición expresa y repetida por su excompañero, y además con el alero como principal causa, James hubiera preferido que Dan Gilbert y el resto de la franquicia hubieran convencido/forzado al point guard a seguir en los Cavs.
Competitividad incierta
Por su salida, en Ohio obtuvieron un buen paquete a cambio: Jae Crowder, Isaiah Thomas, Ante Žižić, y la primera ronda de los Nets. No se puede decir que se quedaran con las manos vacías. Insuficiente para LeBron, quién querría seguir teniendo a su lado al que se será el playmaker titular del Este en el All-Star Game 2018.
A sus 25 años, Irving tiene aún sus mejores años por delante, y eso generaba una seguridad y potencial ganador que, quizás, sí habría bastado para que James blindara los últimos años de su esplendorosa carrera en el equipo a quién dio el primer anillo de su historia.
Por su parte, Isaiah Thomas, aunque viene de jugar su mejor temporada, su edad (28) y las dudas sobre su espalda no proyectan un futuro tan potente o transparente como al que invita contar con Irving. En el caso de Derrick Rose, multiplicar esa incertidumbre por tres.
La salida de James implicaría, casi de manera inmediata, el fin de cuatro años de dominio, pero el previo adiós de Kyrie pudo ser el la primera chispa del incendio y del futuro erial.