La drástica y extraña situación que tanto la NBA como el mundo del deporte en general tiene que afrontar con los protocolos establecidos frente a la COVID-19 nos enfrenta a un contexto sin precedentes. Es un hecho que durante la temporada muchos jugadores van a tener que ausentarse por el coronavirus, un factor que muchas gerencias están teniendo en cuenta, dotando de más profundidad a sus plantillas. No obstante, la gran mayoría de equipos todavía se está adaptando a estas circunstancias, como los Chicago Bulls.
La franquicia de Illinois ha optado por el hermetismo para comunicar ciertas bajas. Noah Vonleh, Thomas Satoransky, Luke Kornet y Devon Dotson no estuvieron presentes en el primer choque de pretemporada. Las ausencias fueron definidas por los Bulls como «justificadas», por lo que probablemente estos cuatro jugadores estén contagiados y esa sea una nueva forma de decirlo en clave. Otra opción es que hayan estado en contacto con alguien testeado como positivo o que haya habido algún problema con sus respectivas PCR. La única baja que anunciaron oficialmente como caso confirmado de coronavirus fue Garrett Temple, aunque bien podrían haberlo hecho porque el propio jugador lo declaró antes vía redes sociales.
Por otro lado, destacar que las formas en las que se comunica lo sucedido es lo de menos y lo más importante es la salud de los jugadores. En muchas ocasiones los entrenadores tendrán que hacer experimentos para afrontar estas bajas de última hora. Sobre ello ha hablado Billy Donovan, entrenador de los Bulls: «Tenemos que ser flexibles, capaces de absorber y manejar cualquier problema que se nos presente, porque los habrán. De un partido a otro, de un día a otro, el equipo va a cambiar. Los chicos pueden tener diferentes roles o aprender una posición distinta. Va a ser duro. Puede que no haya mucha continuidad».
Además, como ya afirmó el Doctor Anthony Fauci, principal autoridad de la pandemia en Estados Unidos, no se espera que vuelva la normalidad hasta la temporada 2021/2022. La noticia más optimista es que el público irá incorporándose gradualmente y a finales del presente curso se estaría cerca de la situación pre-pandemia. Pero esto solo sería en el mejor de los casos, puesto que todo depende de como evolucione la situación.