El día de puertas abiertas a la prensa comenzó con un bombazo en New Orleans. David Griffin salía frente al micrófono para anunciar que Zion Williamson había pasado por quirófano para operarse de una lesión de pie que le impediría jugarla pretemporada con el equipo. El tono utilizado por el general manager y el propio jugador hacían pensar que la recuperación se estaba desarrollando en buenos términos y que Zion estaría preparado para iniciar la temporada. Pero nada más lejos de la realidad.
Avanzan las jornadas y se acrecentan las duadas con respecto al estado físico de Williamson. El pasado lunes Willie Green confirmaba que aún no está preparado para ejercitarse con el grupo y que desconoce cuando lo estará. De momento, solo está haciendo cardio y rutinas de acondicionamiento físico. Todo este asunto está matizado por las informaciones aparecidas sobre la mala gestión de los Pelicans al tratar la primera lesión de Zion como profesional antes de debutar en la NBA.
Esta temporada debería ser crucial para que la franquicia asegure la continuidad de Williamson, y repetir las tensiones del pasado podría suponer la primera piedra en el ataúd de una relación a encauzar de cara a que el jugador firme la extensión dentro de exactamente un año. De momento, a cinco días del comienzo de la temporada, todas las expectativas lanzadas con respecto al pie de Zion amenazan con no cumplirse.
(Fotografía de portada de Sean Gardner/Getty Images)