Al principio de temporada, debido a las bajas de los Lakers, una luz parecía asomar en aquellos que pensaron que Luol Deng todavía tenía salvación en Los Angeles. Sentado por Luke Walton en el último tercio de la 2016-17, el técnico lo situó de titular en el partido inaugural de la 2017-18 ante los Clippers. Un total de 13 minutos, 2 puntos, 1 asistencia y 1 robo. Y nunca más. Desde ese duelo, Deng desapareció no sólo de la rotación, sino también de la lista de jugadores convocados para los cinco siguientes encuentros de los Lakers.
“A partir de ahora, no está en la rotación”, declaró hace unos días a los medios Walton, que ha demostrado que no le tiembla la mano a la hora de tomar decisiones, se con veteranos o con jóvenes. Poco le ha importado al preparador el hecho de que Deng acarree una nómina de 17,1 millones de dólares para este curso, que si dividimos entre los 82 partidos, nos saldría a más de 200.000 dólares por noche. Ruina total, heredada de ese contrato millonario firmado al alero en 2016, cuando se le suscribió un acuerdo de 72 millones y cuatro cursos. Deng, además de esta 2017-18, tiene pendientes por cobrar la 2018-19 y la 2019-2020. Entre estas dos citadas campañas su salario asciende a casi 37 millones de dólares.
Alguna puerta abierta en el futuro
“Hemos hablado. Son 82 partidos, hay muchas cosas que van a cambiar” señaló Walton sobre su relación con Deng, en declaraciones recogidas por The Orange County Register. “Pero por ahora le hemos pedido que se mantenga alerta, que siga trabajando para estar listo para cuando sea llamado y que continúe como mentor de nuestros jugadores jóvenes”.
Los Lakers buscaron, en su momento, deshacerse del contrato tóxico que hipoteca buena parte de su futuro salarial. Deng es una losa económica que torpedea los planes de una franquicia que busca llegar a la agencia libre de 2018 lo más suelta de salarios posible. Lo logró con Timofey Mozgov, pero parece más complicado con Deng. Y más si se mantiene inactivo.