Atlanta Hawks, uno de los equipos que más impresionó la pasada temporada –cómo olvidar ese 17-0 de enero de 2015–, está pasando la presente sin hacer ruido, sin molestar a nadie, sin llevarte titulares. Pero no por ello están haciendo un mal trabajo; es más, a día de hoy podemos decir que son uno de los mejores equipos de la NBA.
Al más puro estilo que le inculcó Gregg Popovich en San Antonio, Mike Budenholzer está llevando a rajatabla esa regla, no escrita, que dice que las temporadas son tan largas como para que empezar regulando esfuerzos, con el objetivo de apretar tras el All-Star, sea la mejor estrategia posible.
La franquicia de Georgia se ha dedicado a dar pequeños pasitos, olvidándose de correr en exceso, para poner los cimientos de la que es la mejor defensa de la Conferencia Este desde que pasase el fin de semana de las estrellas.
Atendiendo a los números, los Hawks reciben una media de 95,6 puntos tras el All-Star, cifra únicamente mejorada por San Antonio Spurs con 95,1. Para hacernos una idea del nivel defensivo de Atlanta, sólo hay que ver que el siguiente del Este, Cleveland Cavaliers, encaja en ese mismo periodo 99,1. Los siguientes, los Wizards, se van a 100,6.
Además, el mes a mes del equipo de Budenholzer deja claro que estamos ante un trabajo constante que ha ido dando sus frutos desde febrero. Así, en noviembre encajaban 100,2, en diciembre 99,9, en enero 99,7, en febrero 98,2 y en marzo han dado el salto hasta 93,4, siendo el segundo equipo con mejor récord del Este (7-2), únicamente superado por Hornets (9-1).
En cuanto al diferencial de puntos a favor y en contra, Atlanta tenía hasta hace un mes un +2,7, siendo el octavo mejor de la liga, mientras que desde esa fecha se ha destacado con un +7,2, o lo que es lo mismo, tercer mejor equipo de la NBA sólo por detrás de Spurs (+8,9) y Warriors (+7,2).
No digo que estos Hawks sean los del año pasado, porque no lo son. Eso sin contar con que perdieron en verano a su ancla defensiva, DeMarre Carroll. Pero sí señalo que han sabido tirar de paciencia para construir, manteniendo la base que les llevó al mejor balance de su historia, un equipo duro que se acerca a los Playoffs como una amenaza para casi cualquiera.