Mike Conley es una de las principales víctimas de la avalancha de bases estelares que vive la liga en general y la Conferencia Oeste en particular. Hablamos de Stephen Curry, Russell Westbrook, Chris Paul, Damian Lillard… una nómina que da miedo sólo de nombrarla y que tiene copado el olimpo de elegidos al que desea llegar el base de los Grizzlies: el All-Star.
«Es muy frustrante, pero sé que mi equipo lo siente como yo. Tengo la sensación de que soy ese tipo de estrella. Sólo tengo que seguir jugando de esta manera y mejorar a medida que pasan los años», explica a Minneapolis Star Tribune.
Mirando las estadísticas y su importancia en el juego de Memphis, se puede entender que Conley se sienta frustrado; sin embargo, observando temporada por temporada, y con el precedente de otros bases como Damian Lillard que también se han visto en una posición similar, es difícil afirmar quién y cuándo debería haberse quedado fuera de un partido de las estrellas en beneficio de Conley.
Mejor que nunca
Sin entrar a valorar qué debe hacer o qué cota debe alcanzar para ser All-Star, lo cierto es que Mike Conley está jugando su mejor baloncesto en el presente curso. Tras firmar un contratazo en verano, el base formado en Ohio State está promediando 19,2 puntos con un 45,1% en tiros de campo y un 49,5% en triples; es decir, los mejores números de su carrera.