Justin Holiday ha dado por finalizadas sus vacaciones en Carolina del Sur para viajar a las instalaciones de los Knicks y comenzar con su particular pretemporada. El escolta, que aterrizó en la franquicia neoyorquina desde Chicago Bulls, ha concedido recientemente una entrevista al NY Post donde analiza su carrera deportiva.
Una carrera deportiva ‘semi-profesional’ que arrancó en 2007, cuando la Universidad de Washington le reclutó para sus Huskies. Allí pasaría un total de cuatro temporadas, siendo escogido en el ‘Mejor Equipo Defensivo de la Pac-10’ en 2010.
Finalizado su periplo universitario, la suerte no estuvo de su lado en el sorteo del Draft 2010, quedándose fuera de las sesenta elecciones. Holiday se fue en busca de una oportunidad a Europa, firmando un año por el Okapi Aalstar de Bélgica.
Golden State, el destino soñado
Tras un par de años en los que intercambió la D-League, 9 partidos oficiales con los Philadelphia 76ers y la liga de Hungría, llegó su gran oportunidad. Los flamantes Golden State Warriors le ofrecían un puesto en su equipo de las Liga de Verano, y lógicamente aceptó. Su buen hacer en la competición y su buena actitud convenció a la gerencia de que merecía un hueco entre sus quince jugadores. Y lo consiguió.
En la Bahía Blanca de San Francisco fue haciéndose un hueco en la rotación de Steve Kerr, siendo incluso titular momentáneo por el lesionado Klay Thompson. 59 partidos le avalan con 4,3 puntos y 1,2 rebotes en 11,1 minutos de juego. Y con ellos saboreó la gloria junto a los Curry, Green, Barnes, Iguodala o Bogut derrotando a los Cavaliers en las Finales por 4-2.
«La experiencia en Golden State fue increíble», admitió. «Un grupo de chicos que jugaban tan bien juntos y ganaron como lo hicieron, fue una experiencia fantástica para mí. Aprendí un montón. Aprendí de primera mano lo que se necesita para ganar. Lo que significa un equipo antes que tú mismo. Fue genial ser parte de ese equipo», destacó.
«Sabías que cuando estabas en la pista lo primero era el equipo. Todo el mundo lo veía de esa manera. Completar mi primer año en la NBA en un equipo campeón fue una bendición para mí. A veces no tengo palabras para explicar la gran experiencia que supuso», añadió.
Actitud defensiva
Quizás sea la pieza más infravalorada de este mercado veraniego. Llega sin hacer mucho ruido, pero en Golden State, y más recientemente en Chicago, saben de lo que es capaz. Escolta fuerte y de largos brazos, en su juego siempre ha destacado la defensa. Tras Courtney Lee, deberá pelear por minutos junto a otro doble campeón de la NBA (2009 y 2010), Sasha Vujacic.
«Creo que tenemos un gran equipo. Lo que va a hacer que tengamos éxito es anteponer el equipo a las individualidades. En lo que se refiere al talento, creo que somos uno de los equipos más talentosos del Este», señaló.
«Una de las cosas que más odio cuando juego al baloncesto es que anoten sobre mí. No importa si el lanzamiento es bueno o malo. Desde que yo recuerde, lo que hace que ganes partidos es la defensa. Es por eso que los Warriors tuvieron éxito. Jugamos defensivamente como equipo y a nivel individual», explicó.
El enigma Rose
Derrick Rose llegó junto a él a principios de verano. Holiday sabe lo que es compartir vestuario con el base y le conoce bien de primera mano. Superados los problemas físicos de su compañero, cree que la gente verá a un jugador muy diferente la próxima temporada 2016-17.
«No entiendo por qué la gente no ve que Rose estaba lesionado y que no ha tenido un año completamente sano», señaló. «Ahora mismo ha tenido un año completo y el verano también. Creo que va a ser muy peligroso. Estando con él a finales del año pasado, vi cosas que realmente no esperaba que las pudiera hacer. Creo que sigue siendo explosivo, fuerte. Es uno de los más rápidos de la NBA, incluso después de sus lesiones. Rose va a sorprender a mucha gente», destacó.