Que un equipo campeón no se construye desde el conformismo es un hecho. Los Warriors, tras dos presencias consecutivas en las Finales, pueden divertirse en la pista, pueden ganar de muchos puntos, pueden batir récords, pero eso nunca será motivo de relajación, al menos para Steve Kerr.
Anoche, contra los Lakers, vencieron de 24 puntos tras ganarles 48 horas antes por 46. Además, ante los angelinos alcanzaron los 10 triunfos consecutivos y se pusieron con el mejor balance de la NBA (14-2). ¿Qué hizo Kerr tras todo esto? Dejar claro que no le gusto nada el partido ni su equipo.
«Ha sido uno de los peores partidos que he visto en mi vida. Estuvimos horribles y ellos lo estuvieron también. Honestamente, la gente que compró su entrada debería recuperar el dinero. No estoy intentando hacer una broma cuando digo que fue un partido horrible. No sé a qué se debió. Quizás hubo demasiado pavo la noche anterior. Ninguno de los equipos entrenó. A ellos les faltaba medio equipo… Al menos ellos tenían una excusa. Estuvimos bastante mal, pero conseguimos la victoria y seguimos adelante. Con suerte, jugaremos mejor mañana», señaló.
Los jugadores, sorprendidos
Nadie que haya visto el último Lakers-Warriors puede decir que fuese un gran partido, pero quizás las palabras del entrenador de los de Oakland tiendan a la exageración. Justo así lo han recibido en el vestuario, donde saben que deben mejorar entendiendo a su vez que lo visto en el Staples no fue un desastre.
«¿Dijo que fue uno de los peores partidos? Creo que tenemos que ser mejores, pero ganamos y les dejamos en 85 puntos. Eso es lo que miro, pero si Kerr dijo que no jugamos bien, tenemos que salir mañana y hacerlo mejor», expresa Durant en la misma línea que su compañero Draymond Green: «No creo que estuviéramos muy bien… No sé si fue el peor partido de la historia, pero él es el entrenador».