Tras las declaraciones de hace unos días en las que Kevin Love solicitaba un mayor número de acciones que le permitieran actuar cerca del aro, LeBron James le ha respondido diciendo que es algo que sin duda ocurrirá, en cuanto se ajusten un poco.
El principal «problema» de aglutinar tanta estrella bajo un mismo estandarte es que pelota en el parqué sigue habiendo solo una.
Los componentes del nuevo Big Three de los Cleveland Cavaliers —LeBron James, Kyrie Irving y Kevin Love— vienen de ser las primeras espadas ofensivas en sus respectivos equipos la última campaña. Este año, deberán sacrificar cierto protagonismo personal en beneficio del equipo. Ahí, la química de los jugadores y la función del entrenador, David Blatt, se antoja fundamental.
Hasta el momento, y por lo visto durante la pretemporada, las nuevas piezas de los Cavs parecen encajar con bastante plasticidad. En palabras de James a The Plain Dealer de Ohio: «Creo que todos vamos a necesitar ajustar nuestro juego y tener la pelota menos de lo que nos gustaría. Cada vez que alguno de nosotros dice algo se magnifica todo. He leído que Kevin Love quiere participar más y está triste. Mi reacción ha sido nula», ha dicho James aludiendo a la exageración mediática.
«Él (Love) tendrá sus balones», añadió James, «necesitaremos su participación para tener éxito tanto por dentro como por fuera».
James, la voz de la experiencia
En su retorno a casa, los Cavs recuperan a un jugador mucho más maduro del que marchó hace unos años en busca del anillo. Durante en su estancia en Miami ya ha tenido que bregar con lo que significa una lucha de egos en un mismo vestuario. En su primer año juntos, Bosh, Wade y el propio James necesitaron toda una temporada para encontrar su identidad. Por calidad llegaron a las Finales aquella misma temporada, pero fueron derrotados.
Tras su periplo en Florida, el 23 de los Cavs debería ser el faro y la argamasa que engrude las piedras angulares del proyecto y les augure llegar a los Playoffs con garantías de éxito. Con casi 7 asistencias de media en su carrera profesional, James ha demostrado de sobra no ser, para nada, un jugador egoísta. Ésto, sumado a su madurez en el juego, debería ser clave en la rápida aclimatación de tanto talento junto.