Justo antes del séptimo partido saltaba a la palestra una polémica que, aunque debiera ser totalmente estéril, lo cierto es que levantó bastante revuelo mediático.
Marreese Speights ha destapado que, al acabar el sexto partido de las Finales, bastantes jugadores de los Warriors se dedicaron a hacer algo que no parece muy propio de una situación así.
Según señala en Players Tribune, los jugadores iban realizando deberes de índole académica. Nada de hablar o repasar los errores sucedidos en el partido recién terminado.
Andre Iguodala, quien todavía continúa su formación, iba realizando deberes y leyendo libros sobre sus estudios; Michael McAdoo y Harrison Barnes hacían lo mismo, concentrados al máximo en terminar sus tareas.
No sabemos si el deseo de Speights hubiera sido poder comentar qué había pasado en ese sexto partido de cara a corregirlo para el último, pero lo que sí está claro es que todos esos ajustes que hubieran hecho no han tenido el efecto deseado para los de Steve Kerr.