Lo que pudo ser la desgracia del año en la NBA se quedará en susto. El alero de los Celtics Mickael Pietrus, quien tuvo que abandonar inmovilizado y en camilla el Wells Fargo Center de Philadelphia tras una escalofriante caída, ha sido autorizado a volar, y será examinado en Boston para determinar el alcance exacto de su lesión. El primer diagnóstico, a falta de más pruebas, es de conmoción cerebral.
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Según ha afirmado su agente, William McCandless, a ESPN, el alero francés, «fue un hombre afortunado». Las pruebas realizadas en un hospital de Philadelphia revelaron que no sufría daños mayores, y pudo pasar la noche en el hotel del equipo. Según el propio McCandless, lo primero que Pietrus preguntó fue si sus Celtics habían derrotado a Philadelphia (los 76ers se llevaron el partido por 99-86).
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Pietrus, de 30 años de edad, perdió el equilibrio tras un choque involuntario con Lou Williams al intentar entrar a canasta, cayendo de espaldas y golpeándose la nuca con el parqué. Una escena escalofriante que hizo temer por su integridad física. Tras ser atendido durante 10 minutos en la cancha, fue evacuado. Su vuelta a las pistas es aún incierta, pendiente de los resultados de la resonancia magnética a la que fue sometido anoche.