Con su premio de mejor jugador de la pasada semana en la Conferencia Oeste aún reluciente, James Harden se plantó ante Philadelphia con ganas de repetir galardón. Un espectacular inicio del escolta, hoy ejerciendo de base en los Rockets de Mike D’Antoni, sentenció a unos débiles 76ers que nunca encontraron la fórmula para defender con eficacia las embestidas de Houston. Al final, el marcador no dejó demasiadas dudas sobre la diferencia entre ambos equipos: 115-88.
Sentencia rápida
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El inicio de James Harden fue de antología. En los 12 primeros minutos, James Harden acumuló 23 puntos sin fallo (8/8 en tiros de campo, con 2/2 en triples, y 5/5 en tiros libres), 4 rebotes y 3 asistencias. Suficiente para dejar el partido roto desde bien temprano. Los 76ers solo mantuvieron el tipo en las posesiones iniciales, gracias especialmente a Joel Embiid (9 de sus 13 puntos en el primer cuarto), pero se desvanecieron pronto.
La eficacia de Houston desde la línea de triple (17/40) y su dominio del rebote mantuvo las diferencias para los Rockets. Con un Joel Embiid que mostraba su falta de fondo físico a medida que el partido avanzaba, Philadelphia no encontraba más arma ofensiva más fiable que la de Ersan Ilyasova (13 puntos), insuficiente para una remontada que pareció casi imposible desde el principio.
Fácil triunfo
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James Harden terminaría con 33 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes en 33 minutos. Solo su descanso extra en el último cuarto, ya con el partido sentenciado, le impidió aspirar a su tercer triple-doble consecutivo. A su lado, los Rockets también encontraron el acierto de Trevor Ariza (17 puntos, con un 5/11 en triples, y 8 rebotes) y de Eric Gordon (16 puntos, con 4/7 en triples) para mantener su línea ascendente. Con el triunfo ante los 76ers, Houston se mantiene en la mitad buena de la liga con un balance de 6-4, mientras que los 76ers sigue cerrando la NBA con un 1-9 que augura otra larga temporada en Philadelphia.