El esperado duelo entre Chris Paul y Russell Westbrook, dos de los mejores bases de la liga, quedó aguado. El flojo partido de Westbrook dejó falto de pegada a Oklahoma City, mientras que Chris Paul tuvo que salir antes de tiempo por una preocupante lesión en su pulgar izquierdo. Aun así, los Clippers pudieron endulzar el mal trago con una rotunda victoria por 120-98.
Un enganchón doloroso
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La lesión de Chris Paul ocurrió en el segundo cuarto. El base y estrella casi única del equipo angelino en ausencia de Blake Griffin (cuyo regreso podría llegar a finales de enero) se quedó enganchado entre una pantalla de Joffrey Lauvergne y un salto de Russell Westbrook, quien se inclinó sobre Paul en busca de forzar la falta. De forma inmediata, el base de los Clippers se fue al vestuario, previa patada de rabia al banquillo de su equipo.
Chris Paul era consciente rápidamente de que algo fallaba en su pulgar izquierdo y, de paso, recordaba una situación similar en los pasados Playoffs, cuando se rompió un dedo de la mano derecha en primera ronda, también con Griffin fuera de combate. La parte positiva fue que, según los Clippers, el dedo de CP3 no estaba fracturado, dejándolo en esguince hasta las pruebas a las que se someterá este martes para determinar la naturaleza exacta de la lesión.
Día triste para OKC
Pero ni siquiera con el regalo de la ausencia del cerebro de los Clippers, Oklahoma City dio la cara. Russell Westbrook se quedó en 24 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias. Buenos números para cualquier otro jugador, pero en ese momento insuficiente para unos Thunder mediocres, faltos de alma en la pintura sin Steven Adams (baja por una conmoción cerebral) y sin nadie capaz de cubrir la genialidad ausente de Westbrook. Joffrey Lauvergne, con 13 puntos, fue su segundo máximo anotador.
Por los Clippers, fueron Marreese Speights (23 puntos y 10 rebotes), J.J. Redick (20 puntos, con 5/10 en triples) y DeAndre Jordan (19 puntos y 15 rebotes) los que sostuvieron al equipo para asegurar el triunfo. Los hombres de Doc Rivers se mantienen invictos (7-0) en un enero que les ha servido para corregir el rumbo tras un mal final de año. Eso sí, ahora tocará cruzar los dedos para que su principal timón pueda volver tan pronto como sea posible a las canchas.