Hay cosas, acciones, que no se pueden transmitir con letras por muy retóricamente bueno que seas al unirlas. Lo de la imagen vale más que mil… pues eso. Que la NBA nos ha dejado esta última semana veinticinco delicias visuales en forma de dribles, crossovers y cinturas rotas que merece la pena pregonar a los cuatro vientos nbamaniacos.
Después de todo, si nos pirra tanto el baloncesto de allí es, muy en parte, por su incontestable virtud para el showtime.