Y volvió a salir cara: Charlotte se abona a la épica

Otra vez una posesión de carácter disyuntivo, otra vez el balón en manos de los Hornets y otra vez un triple a todo o nada. Sonríe la suerte (y la puntería) en Charlotte, uno de los –pese a quien le pese– equipos revelación de la temporada… por el momento.

El triunfo, no obstante, fue de los obligados. De los previsibles. A no ser que tu escudo sea el de Dallas. Si no es el caso, salir victorioso de un cruce ante los New York Knicks continúa siendo el discurso habitual. Aunque en esta ocasión los Hornets lo hicieran casi sobre la bocina.

De hecho, aun quedaban poco más de dos segundos cuando Devonte Graham anotaba el triple frontal que colocaba a los suyos un punto por delante, lo que aun hacía soñar al público del Madison con ser ellos quienes hicieran estallar el buzzer beater. Pero la defensa del novato P.J. Washington sobre Julius Randle fue majestuosa, y el tiro ni siquiera tocó el hierro anaranjado.

Competir para morir en la orilla

La mejor noticia de los locales (que rozaron la que habría sido su segunda victoria seguida del curso) fue R.J. Barret, metido de lleno en la pelea por el ROY, con sus 22 puntos y un 50% en tiros. El doble-doble de 17 puntos y 12 rebotes de Mitchell Robinson desde el banquillo (Fizdale sigue apostando por Randle, Gibson y Morris como hombres altos desde el inicio) fue lo otro más destacable de un equipo que mandó en el marcador durante casi toda la noche pero cedió en el momento del desenlace.

«Nunca quieres perder ningún partido, pero especialmente cuando has dominado el marcador con solidez. Aún así, hay que darles crédito por lo que hicieron», dacía David Fizdale, apesadumbrado tras la derrota. «Ellos empezaron a defender realmente bien y empezaron a enchufarla de tres. Quiero decir, 17 de 48 (35,4%) es bastante impresionante. Y obviamente el último (el game winner de Graham) que terminó de rompernos».

The wrist on fire

El lanzamiento victorioso de Graham no fue sino el broche a un encuentro fantástico, que cerró con 29 puntos y un 9 de 16 en triples. Era la muñeca más caliente del equipo y consciente de ello, James Borrego diseñó la posesión ganadora en la búsqueda del lanzamiento más liberado posible.

Chof lapidario, y los Hornets que se colocan séptimos del Este (6-7) mientras que los Knicks ya lideran su conferencia en posición invertida. Hace un año soñaban con estar al nivel de los Warriors… y lo están consiguiendo, vive Dios.

(Fotografía de portada Streeter Lecka/Getty Images)


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