Josh Giddey nos hace dudar con Chicago Bulls

Segundo triple-doble del año para el australiano en el seno de unos Bulls que dan visos de resurrección y no renuncian a la novena plaza... ni a la octava del Este.

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Por Enrique Bajo

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No son lo bastante malos para no jugar el play-in. Sus opciones en el Draft no van a mejorar por más partidos que pierdan. Porque 76ers, Nets, Raptors, Hornets y Wizards, van a perder aún más.

Así pues, ¿qué hay de malo en mirar hacia arriba? ¿Qué tienen que perder?

A tres victorias quedan los Miami Heat frente a quienes, tras su apurado triunfo de anoche (109-114), han atado su average particular, ya que les han ganado las dos veces en que se han visto las caras, quedándoles entre ellos sólo un partido más por dirimir.

Buscando ‘la zona alta’ del play-in

Y a la mínima que Orlando se despiste (o Atlanta), la octava plaza está a tiro. Eso significaría que los playoffs quedarían a una sola victoria de distancia. Lo que les daría el lujo de ser la Cenicienta de primera ronda ante Boston Celtics.

En fin, todo esto es hipotetizar en futuro, cuando tenemos un partido que se jugó ayer mismo y que dejó interesantes sensaciones en el seno de unos Bulls que creíamos sin rumbo tras la marcha de Zach LaVine, pero que anoche actuaron de manera muy coordinada bajo la brújula de quien aspira a convertirse en su próximo líder de la 25/26: Josh Giddey.

El australiano sacó su mejor basquet, en toda su anchura y extensión, y firmó su segundo triple-doble de la temporada. 26 puntos, 12 asistencias y 10 rebotes, para terminar con un +/- de +26.

Giddey, que por primera vez en su carrera está jugando verdaderamente de base, presenta en su primer curso con los Bulls el mejor offensive win share de su carrera y, a su vez, el peor defenisve win share. A Miami Heat le tocó padecer su mejor cara.

Hay que hablar de Collins

Pero Giddey no estuvo sólo, y es que si él brilla es porque axiomáticamente hace brillar a los demás.

Todos los titulares de los Bulls superaron la decena de puntos. Matas Buzelis (17), Tre Jones (15), Coby White (21) y un Zach Collins (18 puntos, 15 rebotes) que está fantástico desde su llegada a Ilinois.

El pívot, en una franquicia con un net rating negativo esta temporada de -4.0, acumula en sus 10 partidos en Chicago y 25,2 minutos de media, un net rating de +5,1, y unos promedios de 12,7 puntos, 8,5 rebotes y 2,4 asistencias.

Miami, que tuvo a sus tres principales referentes de ataque por encima de la veintena –Wiggins (22), Adebayo (22), Herro (21)– vió como la ventaja en el marcador de hasta 17 puntos que llegaron a disfrutar, gracias a un gran primer cuarto, fue reduciéndose, abordando la última manga, aún así, once puntos por encima. Pero los Heat empezaron a fallar un tiro tras otro mientras Jones, White y Giddey iban recortando distancias palmo a palmo, canasta a canasta.

Giddey: triple mortal

A falta de seis minutos los Bulls ya mandaban, empezando entonces un toma y daca, con varios cambios de liderazgo hasta que, a falta de 16 segundos, Giddey, con su tercer triple de la noche en cuatro intentos, guillotinaba toda esperanza en el Kaseya Center.

No fue un tiro a la desesperada. Giddey, con un 36,8% en cuatro intentos por partido, está en sus mejores cifras desde el triple en sus cuatro años de carrera NBA.

(Fotografía de portada de Sam Navarro-Imagn Images)

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