Final de locos para una serie de locos. Aaron Gordon puso el 2-2 en la serie con un mate sobre la bocina final tras recoger un intento desesperado de Nikola Jokic con 99-99 en el marcador. Los Denver Nuggets entraron con una ventaja de 22 puntos al último cuarto y cedieron un parcial de 32-9 para que los Clippers reclamasen su primera ventaja a poco más de un minuto del final. La lógica dictaba que los locales, aupados por un Intuit Dome enfervorecido cerrasen la gesta. Pero no vamos a hablar de raciocinio a estas alturas de serie.
El plan de los Nuggets marchaba a la perfección
Desde la primera posesión, Denver mostró una actitud muy diferente a la vista en el Game 3. Sobre todo liderada por la brega de Gordon y Christian Braun en su defensa de Kawhi Leonard y James Harden, los Nuggets pudieron sumar stops ante Los Angeles y activaron su transición.
No se terminaron de ir en el marcador porque, defensivamente, los Clippers estuvieron a la altura y, sobre todo, aprovecharon los minutos sin Jokic en pista para igualar fuerzas. Viendo que era inviable (y contando con la ausencia de Russell Westbrook), David Adelman le dio más de 40 minutos a todo su quinteto. Solo Peyton Watson superó los 7 minutos desde el banquillo.
Lo diferencial fue la aportación de todo el núcleo. Michael Porter Jr. (17 puntos) hizo su mejor partido de la serie a pesar de sus molestias en el hombro. No solo en el tiro y la parte ofensiva, sino en el rebote y lo defensivo. Denver logró meter una marcha más a través de la defensa cuando, de forma similar a como hicieron los Clippers con Westbrook en el primer encuentro, se despreocuparon totalmente de Kriss Dunn para lanzar más ayudas sobre Leonard, James Harden y cerrar las líneas de pase a Ivica Zubac.
Ty Lue dio con la tecla
Esto obligó a Lue a sacar al base del encuentro y buscar soluciones. Las encontró en Bogdan Bogdanovic, que estaba teniendo una serie nefasta por acierto y sostenibilidad defensiva. El serbio estaba siendo castigado en ese lado de la cancha cada vez que veía pista. Hoy fue el estilete de una zona que cortocircuitó por completo a Denver.
Sobre todo con la intención de negar el juego de pares entre Jamal Murray y Jokic, Lue dispuso una zona con Leonard y Boggie como puntas de lanza, aunque el alero reculaba conforme Jokic se adentraba en la pintura. Sobre todo dio sus frutos cuando saltó a presionar a Murray ya fuese en cabecera o 45º, generando 5 recuperaciones de balón en el último cuarto.
Un final de locura
Entre el éxito de la defensa, los puntos rápidos que emanaban de la misma y que Norman Powell y Harden comenzaron a enchufarse, el equipo argelino iba en volandas. Una bandeja de Bogdanovic después de arrojarse como loco a un rebote les daba ventaja por primera vez en el partido a falta de 70 segundos para el final. Jokic se vistió entonces de lo que es: el mejor jugador del mundo.
Con la calma que le caracteriza, buscó la misma jugada que no le habían pitado antes (y que protestó) para esta vez sí hacer sonar el silbato e ir a la línea de libres. Empató anotando solo el segundo. Tras un fallo de Leonard en el otro lado, logró un aclarado ante Zubac y tiró de su clásico Sombor shuffle, para poner el 99-97. Ventaja que Zubac se encargaría de igualar con una canasta tras rebote antes de que Aaron Gordon enmudeciese al Intuit Dome durante los más de 3 minutos que duró la revisión de la jugada final.
Los Nuggets se han llevado los dos partidos más esquizofrénicos de la serie y los Clippers los dos aparentemente más cabales. Casualidad o no, ambos están regalando el mejor cruce de toda la primera ronda.
Jugadores destacados
Estos fueron los tres nombres que sobresalieron en un instant classic.
Nikola Jokic
Fuente infinita de baloncesto, una noche más. Hoy ganó con autoridad la lucha ante Zubac y demostró varias veces que no se le puede frenar en el uno contra uno. Casi pareció que se tomó como afrenta personal lo que se estaba diciendo del emparejamiento. 36 puntos, 21 rebotes colosales y 8 asistencias para el mejor jugador del planeta.
Aaron Gordon
Nunca se ponderará con justicia el trabajo de Gordon en una defensa en la que hay que tapar mil averías. Fue la sombra de Kawhi Leonard desde el primer instante de partido y logró dejarle por debajo del 50% en el tiro. Tarea nada fácil. En ataque no tuvo tantos tiros como otros días (14 puntos en 9 lanzamientos), pero se vistió de héroe. El mate más icónico de uno de los mejores matadores de la última década (si ignoramos aquella noche de concurso legendario). Primer mate para ganar un partido sobre la bocina de la historia de los playoffs.
Norman Powell
Todo salió a la perfección en defensa. Pero no hubiese habido partido de no ser por Powell. El alero metió 3 triples en el tramo final claves para la remontada que terminó no siendo. Había llegado con un 4 de 9 al último cuarto y un 1 de 5 en tiros exteriores.
(Fotografía de portada de Jayne Kamin-Oncea-Imagn Images)