Además del jugador más dominante del último lustro, LeBron James es, sabido por todos, todo un entrenador para sus compañeros.
En el Game 2 de la Final del Este ante Atlanta Hawks tuvo que multiplicar sus prestaciones personales (30 puntos, 11 asistencias y 9 rebotes), así como las directrices a sus compañeros.
Las ausencias de Kevin Love y Kyrie Irving dieron, a priori, mayores opciones de triunfo a los Hawks. Pero si LeBron está acertado, parece que sea indiferente qué compañeros están a su alrededor.
Comodidad
Anoche, ante Atlanta, como siempre, James se pegó todo el partido ordenando y asesorando a sus compañeros de vestuario.
El resultado, victoria por 12 puntos, en casa del mejor equipo del Este (de acuerdo a la liga regular) y sin dos de los tres mejores jugadores de Cleveland.