Bledsoe, el escudero de la antesala en Milwaukee

A Jabari Parker todavía le quedan por aguantar unas semanas de barbecho no optativo. Y a Giannis Antetokounmpo le hacía falta como el comer un escudero ejecutor; un Sancho de la anotación.

Milwaukee Bucks es, tras diez partidos, el 19º equipo de la NBA en poderío ofensivo (104,4 puntos). Su perla del Egeo, encesta un promedio de 31,5 puntos, con un acierto extraordinario del 60,1. Es, a un tiempo, el máximo anotador de la Liga —por encima de los 30 de Kristaps Porzingis— y el responsable del 33% del torrente de su equipo. Uno de cada tres puntos de los Bucks lleva su nombre. Demasiado. Riesgo de incurrir en Antetodependencia.

Exceso de líder

Detrás suyo aparecen dos colaboradores principales: Khris Middleton (18,5), y el vigente Novato del Año, Malcolm Brogdon (15,5). El resto de la plantilla, por debajo de los diez puntos.

El año pasado era un relevo ciclista constante entre dos escapados. Parker y Anteto se alternaban, noche tras noche, el papel de portaestandarte. Parker logró disputar, antes de la lesión de ligamento cruzado, un total de 51 partidos en los que promedio 20,1 puntos. Curiosamente, el cuarto espada (tras Middleton) fue Greg Monroe, recién enviado a los Suns, quien aportaba 11,8 puntos en menos de 23 minutos.

Llegan refuerzos

A cambio del ala-pívot tenemos un interesantísimo recién llegado que ya se estrenó anoche a las órdenes de Jason Kidd. El motín de Eric Bledsoe cae como un auténtico regalo en el Bradley Center, donde dependen en exceso del estado de excelencia de un sólo jugador. Al ex point guard de los Suns no deben afectarle en absoluto estos pocos días de inactividad, y se espera de él un rendimiento paralelo al que exhibió en la 2016/17.

Ayer, de momento, los Bucks, y particularmente su estrella, se enfrentaban a su china; su verdugo por antonomasia. Antes del partido, el BPI (Basketball Power Index) daba ganadores a los San Antonio Spurs por un 70 por ciento a 30. Lógico y normal si uno observa la cronología reciente.

Y es que ante los Spurs, Anteto no ha estado siendo ni el alfa ni la omega. De los últimos ocho cruces entre ambos equipos, siete los habían ganado los Spurs, con el heleno en 11,1 puntos, su peor media ante cualquier franquicia de la NBA.

Pero claro, faltaba su particular kriptonita. Sin Kawhi Leonard, el terreno se allanaba. Aunque seguimos hablando de San Antonio, que nadie lo olvide; balance de 7-4 mediante hasta anoche, mientras que los Bucks registraban un 4-6, con una dinámica preocupante de cuatro derrotas consecutivas en la que ni un Giannis superlativo era suficiente.

Los Bucks se estaban viendo superados en todo. Recibiendo un diluvio de puntos por partido, permitiendo a sus rivales grandes porcentajes de anotación y perdiendo constantemente el rebote merced a una defensa incapaz de responder.

Eric Bledsoe, además de un derroche ofensivo, es también un atleta y un defensor muy capaz. Veni, vidi vici. Solo es un partido, desde luego, pero ha sido llegar e impactar. 28 minutos saliendo de titular, para 13 puntos, 7 asistencias, 4 rebotes y 1 robo. No debe ser más que el principio.

Desde el curso baloncestístico 2015/16, solo ha habido nueve jugadores capaz de promediar más de 20 puntos y 6 asistencias. Todos ellos All-Stars de etiqueta entre los que se infiltra Bledsoe.

Big Three a la espera

Nada que reprocharle al sophomore. Brodgon sigue rayando un gran nivel a la altura del galardón que atesora y que no pocos protestan que ganó por incomparecencia. El playmaker está promediando 15,5 puntos y 4,5 asistencias, y hasta ayer hilaba tres noches consecutivas por encima de la veintena de tantos. Aún así, quizás, las circunstancias le estaban exigiendo demasiado, y contar con un homólogo que sea líder, apoyo y socio al mismo tiempo como puede ser Bledsoe, sea descarga e impulso al mismo tiempo. Y quién más lo agradecerán serán, desde luego, los propios Bucks.

Y como regalo tardío de Navidad, llegará Jabari. Entonces es posible que las stats de Anteto se desinflen un poco y en Milwaukee cojan aire. De no hacerlo, de no bajar el nivel, el griego alcanzaría un hito estadístico bestial. Nadie jamás en la historia de la NBA ha cerrado una temporada regular con más de 30 puntos de promedio y por encima del 60 por ciento de efectividad en el tiro. Justo lo que él hace ahora.

No sabemos si mantendrá este esperpéntico ritmo de 30-60, pero por ahora podemos decir que, en su quinta temporada y tras diez partidos, avanza a cadencia de LeBron James. Lo que no es decir poco.

Techo de bóveda

Bledsoe y Anteto, un dúo necesario que ya aguarda al que será el integrante de su Big Three. Hasta entonces, pensando en playoffs, toca seguir fortaleciendo conexiones internas sin infravalorar las capacidades de los titulares «secundarios». Pues decir Big Three y no hablar de Middleton, que está promediando los mejores números de su carrera —(18,5 puntos, 6,1 rebotes y 5,1 asistencias—, tal vez no sea del todo justo.

Tampoco podemos cerrar sin hacer un guiño al 51,2 por ciento que está manteniendo Tony Snell desde la línea de tres puntos —con casi cuatro triples lanzados por noche— o al equipo en general, el cuál es segundo en porcentajes en tiros de campo tras los Warriors (49,1) y octavo en triples convertidos por partido (10,9) con el tercer mejor porcentaje de la competición (39,9); dato que se vuelve aún más interesante al comprobar que precisamente Middleton está de lujo excepto en el triple, donde rezuma un 27 por ciento mientras su carrera se mueve en un exquisito 40.

En resumen, que los Bucks molan, y apenas han empezado a funcionar —y a defender—.


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