He abierto los ojos a las 5:30 de la mañana, algo que no entiendo (pues no sentía necesidad alguna de pasar por el baño). Tampoco recordaba haber apagado el despertador que había programado a las 4:30, algo que sí entiendo.
Silenciar la alarma del móvil medio dormido y en autorreflejo, ha sido uno de mis mayores temores en los años de facultad, y el motivo por el que perdiera inexorablemente el punto de asistencia en Economía Española y Mundial, que se impartía martes y jueves a las siete y cuarto, cuando ‘El Pulpo’ aún estaría terminando de poner las calles para la Cope y Carlos Alsina apenas va por su segundo café.
No había visto nada de las Finales desde el Game 1. No ‘en vivo’ al menos, y hoy quería un poco de dosis en directo a tenor de lo escrito ayer tarde. Los Miami Heat habían logrado introducirnos ese picorcito con marcapasos…