LeBron James contra el salvaje Oeste

Raptors, Celtics, 76ers y el resto de equipos del Este (salvo los Cavs, obviamente) están de enhorabuena. Por primera vez desde el segundo asalto en la cumbre entre los Celtics de Paul Pierce y los Lakers de Kobe Bryant, una franquicia sin LeBron James en su plantilla luchará por el campeonato representando a las tres divisiones de la Conferencia Este. Y de paso, se pondrá fin seguramente a una racha inédita en el último medio siglo.

Hay que remontarse a la dinastía de Boston en los años 60 para encontrar a jugadores capaces de disputar 8 Finales consecutivas. Técnicamente, LeBron James puede aspirar todavía a un noveno boleto a la última ronda, aunque la hazaña de batir a los Warriors parece todavía fuera del alcance de los nuevos Lakers. Aun así, juntarse con el club de los Bill Russell, Sam Jones y demás legendarios Celtics ya quedará para siempre en los libros de historia.

Toda la vida en el Este…

Pero al mismo tiempo, su proeza ha coincidido en parte con un momento en el que la disparidad entre Conferencias ha llegado a niveles preocupantes. Llegar a 45 victorias ha sido condición sobrada para que cualquier equipo del Este entrara en playoffs durante la aún vigente racha de LeBron James en Finales. En el Oeste, sin contar el año del cierre patronal, solo en dos ocasiones un balance de 45-37 aseguraba sobrevivir a la temporada regular.

Pero LeBron James no es responsable (al menos directo) de esta disparidad. No eligió ser seleccionado en el Draft de 2003 por un equipo de Cleveland, y tanto su marcha al seductor proyecto de Miami como su regreso a casa con los Cavs no necesitan justificarse por la diferencia de nivel entre Conferencias. Asumir a sus casi 34 años el reto de competir en un Oeste absolutamente cargado de talento con un equipo dolorosamente mediocre en los últimos años tiene incluso un punto de valentía.

Hay pocas dudas de que LeBron James sigue siendo incluso bien entrado en la treintena uno de los jugadores más dominantes de la liga. Pero jugando en casa al oeste del Mississippi por primera vez en su carrera, ¿puede afectarle este cambio a nivel individual? En una competición de 82 partidos, cada equipo disputa 52 partidos ante equipos de su Conferencia, y solo 30 ante los de la conferencia rival. Esto incluye hasta 4 partidos (2 en casa y 2 fuera) ante los equipos de su propia División.

Ahora en un Oeste contra el que sufre

Mirando el desglose de números, LeBron James apenas ha notado esta disparidad durante gran parte de su carrera. Entre la temporada 2011-12 y 2015-16, de hecho, siempre anotó más y tuvo mejor porcentaje de acierto en tiros de campo contra equipos del más poderoso Oeste que ante equipos del Este. Quizás no casualmente, también supone el tramo de su carrera más exitoso, ganando sus tres anillos de campeón en cinco Finales ante rivales de la Conferencia Oeste.

Pero las dos últimas temporadas han sido más complicadas para LeBron James. En 2016-17 promedió 27,7 puntos ante el Este por solo 24,3 contra Oeste. Su porcentaje de acierto en tiros de campo bajó del 55,3% al 53,8%, y en triples se desplomó de un 38,4% a un más que mediocre 32,2%. La diferencia también se nota en rebotes (9,0 a 8,0), asistencias (9,0 a 8,3) y pérdidas (3,8 a 4,6).

Este cambio fue algo menos dramático en 2017-18, pero fue todavía a peor. De 28,1 puntos de media ante rivales de Conferencia de los Cavs, a 26,3 contra los del Oeste. De un 54,8% en tiros de campo y un 38,3% en triples a un 53,2% y 33,6%. Su distribución de balón también se resintió, pasando de 9,3 asistencias y 4,1 pérdidas en el Este, a 8,9 y 4,5 en el Oeste. No se repitió la tendencia en rebotes, pero en las categorías que marcan en gran parte la eficiencia ofensiva el contraste se notó.

Y a nivel colectivo, esta diferencia competitiva también fue evidente. Sus Cavaliers ganaron 70 partidos por solo 28 derrotas ante equipos del Este cuando LeBron James se vistió de corto. Ante el Oeste, superaron con apuros el 50% con un flojo balance de 31-27.

Dicho esto, no hay tampoco dudas de que LeBron James es un jugador de élite juegue donde juegue. La inmensa mayoría de la liga firmaría sin dudarlo tener los 26,3 puntos, 8,9 asistencias y el 53,2% en tiros de campo que promedió ante el Oeste la temporada pasada. También ayudará en Los Angeles la particular debilidad de la División Pacífico. Los Warriors son temibles, pero los Clippers están lejos de volver a ser la potencia de los años de Chris Paul y Blake Griffin, y tanto Kings como Suns apuntan de nuevo a la cola de la liga.

La mayor fortaleza del Oeste, sumada a la adaptación a un nuevo equipo y a una edad que tarde o temprano acabará pesando, añade aún más obstáculos en el nuevo camino de LeBron James a la élite de la liga. Las primeras pruebas no sirven para refutar la dureza de la Conferencia, con un 0-2 ante un serio aspirante a playoffs como Denver, y el calendario de temporada regular tampoco ahorra. Los primeros 9 partidos de los Lakers en 2018-19 serán ante rivales del Oeste.


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