La temporada 2019-20 ha echado el cierre de manera oficial. Adam Silver respira tranquilo –al menos de momento– gracias al éxito y el hermetismo que ha ofrecido una burbuja que ha presenciado como Los Angeles Lakers vuelven a reinar en la competición.
Superado este enorme desafío logístico, deportivo y sanitario, la NBA afronta ahora un arduo trabajo con el objetivo de discernir y concretar los plazos para el nuevo curso 2020-21.
Afortunadamente, la cúpula de la organización dispondrá de varias semanas para sentarse y cerrar un plan conciso mediante el cual garantizar la viabilidad de la competición. No solo eso, sino que también está obligada a disponer de un Plan B que asegure que esta siga su curso natural a pesar de todos los obstáculos que se puedan encontrar por el camino, con el temor siempre presente de un nuevo rebrote masivo por coronavirus.