En estas fechas siempre pasa lo mismo. Varios jugadores se sienten ultrajados por no haber sido seleccionados para el All-Star y deciden expresar sus frustraciones de forma pública. Ocurre además que esos hombres desengañados encuentran datos, confianza y sensaciones suficientes como para considerar que están en lo cierto y que si no están en el All-Star es porque alguien se ha equivocado gravemente a la hora de votar.
Los cambios de formato en el All-Star Game de estos últimos años favorecen que haya más jugadores que se sientan agraviados. Reducidos los puestos en la pista de cinco a dos —backcourt y frontcourt— y desaparecidos los equipos formados por jugadores de una sola conferencia, algunos no entienden por qué deben ir al Partido de las Estrellas jugadores considerados de menor nivel al suyo por el simple hecho de estar en conferencias diferentes.
