¿Qué ha ocurrido con Kevin Durant?

Kevin Durant está pasando por uno de los momentos más complicados de su carrera. Para más inri, única y exclusivamente por su culpa.

El alero de Golden State Warriors se ha introducido de lleno en un hoyo tras comportarse como un “completo idiota” según él mismo ha explicado a USA TODAY. Toca exponer lo qué ha sucedido —y lo que no—, dar detalles y explicar por qué esta situación puede que marque un antes y después en el comportamiento público de muchos deportistas.

¿Qué ha pasado con Kevin Durant?

En la noche del domingo Kevin Durant utilizó su teléfono para responder en Twitter a alguien que le había preguntado una sencilla cuestión: “Tío, respeto lo tuyo, pero dime una razón legítima para abandonar OKC que no sea conseguir un campeonato”.

La explicación de Durant, escrita en tercera persona, impresionó al receptor y la capturó de inmediato por si era borrada (como así fue). “No le gustaba la organización, ni jugar con Billy Donovan. La plantilla no era tan buena, solo eran él y Russ (Westbrook)” fue la respuesta de Durant al mencionado tuit. Seguida de otro más: “Imagina si sacas a Russ de ese equipo, mira lo malos que serían. KD no puede ganar un campeonato con esos gatos”.

¿Fue un ‘hack’? ¿Fue alguien de su equipo de comunicación?

No y no. El propio Durant ha confirmado que fue él quien escribió esos mensajes y en ningún momento ha tratado de culpar a los piratas informáticos, una solución muy socorrida cuando se han publicado mensajes comprometedores desde cuentas sociales de personajes famosos.

¿Cómo sucedió?

La narración de los hechos, en boca del propio Durant a USA Today:

“Estaba en casa. Me dormí viendo fútbol americano. Me desperté, tenía cargado el teléfono y me puse a mirar Twitter. Lo vi (el tuit en el que le preguntaba) y no recuerdo mucho más. Recuerdo lo que lo que dije y cómo lo dije, pero he olvidado todo lo demás. He olvidado todo lo demás. Solo estaba centrado en esa conversación y fue desafortunado. He quedado como un idiota. Mis compañeros me van a ver como un idiota. Adelante con todas las bromas, las merezco”.

“En el momento en que me di cuenta de lo que había hecho sentí que la había j*dido. Como he dicho antes veo todo esto como una broma. Pero algunas veces cuando estoy en ello lo llevo muy lejos y me involucro mucho, demasiado. Pero lo he apartado de mi mente. No volveré a caer en ese problema de nuevo. Definitivamente tengo que seguir adelante y no preocuparme por nadie en Twitter, aunque sea algo divertido”.

¿Cuál es su explicación? ¿Por qué lo hizo?

La presión de medios y aficionados de forma constante desde que se fue de Oklahoma City Thunder parece que hizo mella en Durant durante más de 11 meses. Tal vez por ello, al poco de triunfar y cumplir su objetivo, decidió responder a tantos ataques —en el vídeo de felicitación de Nike los críticos eran el leit motiv— y esta forma de actuar se le ha ido de las manos.

Ni siquiera estar entre los candidatos al MVP —no quedó mucho más arriba en la lista de votaciones por su inoportuna lesión—, ser el MVP de las Finales y ganar el primer anillo de su carrera le han servido para dejar de ser criticado. Los ataques llegaron antes y después del 4-1 a los Cavaliers.

“Uso Twitter para involucrarme con los aficionados ya que creo que es una buena manera de hablar con aficionados al baloncesto”, dijo en un foro de TechCrunch el martes. “Lo que ha ocurrido es que lo he llevado muy lejos. Eso es lo que pasa cuando me meto en estos debates de baloncesto que tanto me gustan sobre lo que amo, jugar al baloncesto. No me arrepiento de contestar a alguien o hablar con mis aficionados en Twitter. Me arrepiento de usar el nombre de mi antiguo entrenador y el antiguo equipo para el que jugué. Eso fue infantil. Fue idiota, todo ese tipo de palabras. Me arrepiento de haberlo hecho y pido perdón por ello”.

“Saber que he hecho daño a Billy Donovan y a los Thunder, gente a la que quiero y no deseaba molestar”, añade en la charla del martes noche con USA TODAY.

“He sido un completo idiota. Tengo que asumirlo. Quiero pasar página. Probablemente me ha afectado más de lo que la gente cree. Todo el mundo me ha dicho que me relaje y aleje de ello, pero estoy muy muy decepcionado conmigo mismo”, detalla. “No es el hecho de que la gente hable de mí, algo que merezco, pero estoy más decepcionado conmigo mismo por haberme permitido llegar tan lejos. Fue una broma de primeras. Lo he estado haciendo todo el verano y ha ido muy lejos”.

“Fui muy lejos. No he dormido en dos días, dos noches. No he comido. Es increíble, porque me siento tan mal conmigo mismo y estoy muy molesto por haber metido a alguien en la conversación”, concede.

“Estoy muy enfadado por actuar de forma tan infantil”, sigue. “Lo que pensé como una broma es serio para los demás, perdí esa noción y pido perdón por ello. Pero tengo que seguir adelante. Pasaré página y jugaré al baloncesto. Pueden tomarlo como quieran, hacer con ello lo que quieran, pero ha ocurrido. Me lo guardaré y seguiré adelante”.

¿Ha hecho cosas similares en el pasado?

No exactamente, pero Durant lleva parte del verano discutiendo con usuarios en Twitter. Tras ganar el anillo con los Warriors son varias las ocasiones en las que se ha metido de lleno en conversaciones para defenderse, aunque siempre lo hacía en primera persona.

Desde mediados de junio acumula decenas de respuestas a tuits que le interpelan, una actividad frenética para el estándar profesional que a buen seguro se verá disminuida a partir de ahora.

¿Tiene Durant una cuenta de Twitter secreta para defenderse a sí mismo?

Según él, no. La primera teoría acerca de los polémicos tuits de Durant era que se le había olvidado cambiar de cuenta antes de publicar el mensaje, pero él asegura que no hay otra cuenta. “No, no hay cuenta diferente. Era yo hablando, así es como es”, explica. “Tengo otra cuenta en Instagram, pero solo para mis amigos y familia. No es para defenderme”.

¿Consecuencias?

Durant parece que se ha mostrado demasiado honesto en Twitter este verano y la explicación a su salida de Oklahoma City ha traspasado los límites de lo socialmente aceptable al dejar en mal lugar al resto de la plantilla de los Thunder —a excepción de Russell Westbrook— y escribir que no le gustaba jugar a las órdenes de su antiguo entrenador Donovan.

Al alero de los Warriors este incidente probablemente le afecte a nivel de imagen y relaciones públicas, sufriendo un impacto mayor en su marca personal en ciertas áreas de Estados Unidos. Aunque hay que hacer notar que estos episodios no suelen pasar de anecdóticos a nivel financiero pues incluso otros jugadores con problemas mucho mayores como ser acusados de haber cometido una violación han superado el estigma a base de triunfar en las pistas, como por ejemplo sucedió con Kobe Bryant.

Lo que es peor de todo esto es que el comportamiento puede pasarle factura definitiva con sus críticos, los cuales ya no se apearán del carro hater, y además puede que despierte ciertos recelos entre compañeros de profesión.

Para el resto de jugadores de la NBA y otras competiciones profesionales hay una clara lección que aprender y que probablemente sus agentes ya estén enseñando a sus representados: no tengas cuentas secretas que puedan hacerte caer en errores y no debatas con gente anónima en Twitter.


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