Ricky-Rose: tú a New York y yo a Minnesota

Si hay algo que comparten los Knicks y los Timberwolves, además de sus continuas ausencias en los playoffs en los últimos años, es la cantidad de millones que tienen comprometidos en contratos de cara a la 2017/18. A 28 de mayo, tanto Minnesota como New York estaban en los 79 millones de dólares en salarios para el curso que viene. Eso sí, cada plantilla con sus matices, por supuesto, y sus diferencias, porque no es lo mismo tener en nómina a Nikola Pekovic, lesionado y presuntamente retirado, que este curso le costaría a los de Minneapolis 11 kilos, que a Carmelo Anthony.

También hay otra cosa que tienen en común los de la Gran Manzana y los del Target Center: el gusto por el base del otro. En los Knicks, vuelven a la carga por Ricky Rubio; en los Wolves, sueñan con que Tom Thibodeau y Derrick Rose reverdezcan los laureles de sus días en Chicago. Estos deseos de uno y otro no son algo nuevo del eminente mercado veraniego, sino que ya se vieron y palparon en febrero. Entonces, con la hora límite de los traspasos sobre la cabeza de las dos franquicias, Minnesota no dio el visto bueno a la operación, al cambio de Rubio por Rose.

Meses después, el MVP de 2011 es agente libre, listo para negociar su futuro. Rose ya no es el base que deslumbró en los Bulls, aunque ha hecho una temporada decente en los Knicks, acabada con el mal sabor de boca de otra lesión. Eso sí, por fortuna las dolencias de ahora nada tienen que ver con los desastres en sus rodillas que lastraron su carrera.

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A pesar de que no ha desentonado en unos Knicks de nuevo decepcionantes, Rose es un jugador caro ahora mismo. En el Madison ha percibido 21,3 millones de dólares esta temporada. Precio de oro. En New York están contentos con él y no parecerían disgustados con extenderle un nuevo contrato. Quizá no por el máximo, a lo que decía Rose que podría aspirar en la 2017/18, pero sí por unas suculentas cifras. Aunque aquí tendrá mucho que ver lo que pase con Carmelo, si se queda, si se va y si esto se produce, cuánta masa salarial restaría de margen, si es que resta algo.

En los Wolves, Ricky Rubio ha sido el jugador mejor pagado durante la 2016/17, con 13,5 millones, y lo será también para la 2017/18, en el caso de permanecer, con 14,2, prácticamente lo mismo que Gorgui Dieng, quien estrenará su acuerdo suscrito en octubre (64 millones de dólares por cuatro años).

Para que llegara Rose, en una plantilla con 79 millones firmados con vistas al curso que viene, sería necesaria la salida de Ricky. Maniobras como el despido a Pekovic aumentarían el margen salarial. D-Rose puede hallar en la fría Minneapolis su sitio para rendir otra vez, al lado del entrenador que mejor le supo guiar y con el que fue el que fue, uno de las mayores promesas y realidades de la NBA. Luego, otra cosa es que se cruzaran las rodillas, pero la pareja Thibodeau-Rose funcionó. Eso sí, destinar unos 20 millones anuales de presupuesto a Rose puede hipotecar el futuro a medio plazo de la franquicia. Si damos por hecho que su llegada supondría la salida de Rubio, los Wolves no sólo estarían servidos con reemplazar un base por otro. Necesitan más cosas.

A ello, hay que unirle las discretas defensas de Rose y el desgaste que Thibodeau ha hecho sobre algunos jugadores, las escasas rotaciones sobre sus hombres importantes, hecho que dudosamente podría resistir Rose. A sus 28 años, las rodillas del de Illinois marcan una edad superior y a pesar de que su presencia cada noche puede ser sostenida en el tiempo, no así la excesiva carga de minutos. ¿20 millones para un jugador de 25 minutos por duelo?

Ricky y New York

En Manhattan ponen buenos ojos a Ricky. No descartan a Rose, pero los Knicks fueron los que más insistieron en el traspaso el pasado mes de febrero. Si no hubiera sido por la negativa de los Wolves, este artículo seguramente se habría escrito hace unos meses.

El gusto por Rubio no se ha enfriado en todo este tiempo en las oficinas de la Gran Manzana. Rubio sería, a día de hoy, el tercer jugador mejor pagado de los Knicks, sólo superado por Joakim Noah y por Carmelo Anthony. De nuevo, lo que suceda con Melo puede tener influencia en los movimientos paralelos de la plantilla. Las capacidades ofensivas y defensivas de Ricky, sus cualidades arriba y abajo, son del gusto de la gerencia knickerbocker.

Con 29 millones a cobrar entre las dos próximas campañas, el de El Masnou sería el base titular que lidiara con la difícil tarea de guiar a una franquicia demasiado especial. Para ello, una de las operaciones posibles sería un sign&trade sobre Rose y enviarlo a los Timberwolves a cambio de Ricky.


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