Serie ‘Origen de las franquicias NBA’: el primer vuelo de los Hawks

Proseguimos con nuestro viaje a la historia de la NBA en esta nueva entrega sobre el origen de las distintas franquicias que componen la competición. En él nos sumergiremos en décadas pasadas para adentrarnos en diversos aspectos como la fundación del equipo, el origen de su nombre y los posibles traslados que se hayan dado. Es decir, arrojar algo de luz sobre la etapa primigenia de cada una de ellas. En el artículo de hoy, los Atlanta Hawks.

Primera entrega: Utah Jazz

Segunda entrega: Dallas Mavericks


Corría el día de Navidad de 1946. Mientras todos festejaban dentro del ambiente navideño reinante en la ciudad, Leo Ferris se reunía con Ben Kerner para trasladarle la noticia que no quería escuchar.“Ben, nos vamos de aquí”

La decisión provocó algunos suspiros dispersos y muy localizados en Buffalo, pero no mucho más. Las secuelas de la Segunda Guerra Mundial se mantenían latentes y gran parte de la atención se había centrado en otro equipo más popular y establecido, los Buffalo Bisons de la Liga Americana de Hockey. El antiguo Memorial Auditorium apenas recibía afluencia de aficionados. Necesitaban una media de 3.600 para no sufrir pérdidas y apenas lograban atraer a 1.000. Así, ambos propietarios se veían obligados a trasladar el equipo menos de dos meses después de haber sido creado. Para su fundación se habían apoyado en la empresa de publicidad de Ferris y la Erie County American Legion.

Los “cage herd”, como los denominaba la prensa local, sobrevivieron oficialmente en Buffalo tan solo 38 días de aquella incipiente temporada en la NBL, predecesora de la NBA. Una estadía tan breve y efímera que la propia NBA no reconoce a los Bisons como el punto de origen de la franquicia. Pero no por ello debemos pasar por alto este prólogo.

Así, la franquicia se mudó a un emplazamiento metropolitano perteneciente a las ciudades de Moline, Rock Island y Davenport, núcleos urbanos localizados en la frontera de los estados de Illinois e Iowa y colindantes al río Mississippi. En su nuevo asentamiento, el equipo tomaría el nombre de Tri-Cities (como apelativo al ‘triunvirato’ urbano) Blackhawks. Este último denominativo sería adoptado en recuerdo a la Guerra del Halcón Negro, en la cual estuvieron involucradas diversas tribus nativas de la zona, el Reino Unido y los Estados Unidos por la posesión de una extensa franja de tierra que se extendía por los estados de Illinois, Iowa, Missouri y Wisconsin. El líder de la tribu sauk, una de las facciones implicadas, poseía el mismo nombre.

El traslado supuso un cambio importante en la cúpula de la franquicia. Paralelamente, Leo Ferris se convertía en vicepresidente de la NBL y todo el poder en la franquicia pasaba a manos de su socio Kerner. Tres temporadas después, la NBL se fusionaba con la BAA para fundar la NBA. En la primera temporada en la historia de la liga, un tal Red Auerbach asumiría el puesto de entrenador jefe de los Blackhawks tras tres temporadas en los Washington Capitols de la BAA. Sería en Moline, donde estaban emplazadas las 6.000 localidades del Wharton Field House, pabellón del equipo, y no en Boston donde disfrutarían de las primeras líneas escritas por la leyenda Celtic. Esa temporada, los Blackhawks se clasificarían para los playoffs, cayendo eliminados en primera ronda por los Anderson Packers de Indiana.

Imagen: NBA Global

En el draft de 1950 cometerían un error (a posteriori) al traspasar su pick nº4, Bob Cousy, a los Chicago Stars. Finalmente, los Celtics se llevarían al legendario base tras la desaparición de la franquicia y el propio Auerbach sería el encargado de dirigirlo a partir de 1951. Ese mismo año, los Blackhawks volvían a mudarse, esta vez rumbo a Milwaukee.

Pese a su carácter colindante con tres núcleos urbanos, el área de Tri-Cities no era lo suficientemente grande ni generaba el seguimiento necesario como para albergar un equipo de la NBA. Así, Ben Kerner sustituyó el Wharton Field House por las 10.000 localidades del Milwaukee Arena, recinto que se convertiría posteriormente en la casa de los Bucks y del que ya hablamos en nuestra serie sobre pabellones históricos.

En Wisconsin hallaron una mayor masa de aficionados expectante, ansiosa de que no se apagara la llama del baloncesto en el estado tras haber apoyado a los Sheboygan Redskins y a los Oshkosh All-Star en la antigua NBL. Sin embargo, la ilusión dio rápidamente paso a la decepción y, finalmente, a la indiferencia. En las cuatro temporadas del equipo en Milwaukee, los Hawks –que ya habían perdido el ‘black’ de su nombre– no fueron capaces de superar las 27 victorias y ocuparon en todas ellas la última posición de la División Central. Ni siquiera disponer de cuatro Top 2 en el draft consecutivos (Mel Hutchins, Mark Workman, Bob Houbregs y Bob Pettit) fue suficiente para evitar el desastre: la atención de los aficionados se había centrado en los Braves de la liga de béisbol y el Milwaukee Arena era un solar sin apenas vida.

Nuevamente, Ben Kerner trasladaría el equipo. Su nuevo destino, St. Louis, supondría un éxito instantáneo. Bob Pettit completó su ascenso al estrellato de la NBA con el MVP de 1956 y Red Holzman –quien poco después aceptaría una oferta como asistente en los Knicks– reconvirtió un equipo desarbolado en una de las franquicias más competitivas de toda la liga. A medida que iban incorporándose nombres como Cliff Hagan, Ed Macauley, Clyde Lovelette, Lenny Wilkens, Lou Hudson o Richie Guerin, los Hawks se asentaban como una de las grandes potencias de la liga y lograban acceder a los playoffs en doce de las trece temporadas en las que el equipo estuvo en St. Louis. Sin embargo, en aquella época coincidieron con aquellos legendarios Celtics de Auerbach –con quienes cayeron en tres Finales– y los Hawks tuvieron que ‘conformarse’ con un único campeonato, en 1958, ante Boston.

Pese a mantener la competitividad durante toda la década, la retirada de Bob Pettit en 1965 disminuyó el potencial del equipo, hasta el punto de ser sorprendidos por los Warriors en la primera ronda de 1968 tras haber logrado 56 victorias en temporada regular.

Pero mayor sorpresa aún fue la decisión de Ben Kerner tras la conclusión de la temporada. El 3 de mayo de 1968, el propietario conmocionó a los aficionados de la franquicia al anunciar la venta del equipo al gurú inmobiliario Thomas Cousins y a Carl Sanders, ex-gobernador de Georgia. En palabras del propio Kerner, “la ciudad de St. Louis ya no podía competir financieramente en la NBA”. La competición constaba entonces de 14 equipos y la emergente ABA había irrumpido con fuerza en su intención de ponerle las cosas aún más difíciles a su hermana mayor. Y no se equivocaba Kerner: Zelmo Beaty y Joe Caldwell se marchaban a la ABA, Lenny Wilkens era traspasado a Seattle y Paul Silas a Phoenix. Al menos, el draft le ofrecería a un talento –incomprendido– como Pete Maravich, pero la franquicia daría comienzo a su estancia en Atlanta sumida en un periodo de transición que se prolongaría durante más de una década.


Mientras dure la crisis por el coronavirus publicaremos diariamente varios contenidos independientes de la actualidad. Bucearemos en la historia de la NBA, tanto en la reciente, como en la de todas las décadas anteriores. Aprovecharemos este parón de la competición para conocer mejor a los equipos, los jugadores, los entrenadores, los directivos, los partidos llamativos, los pabellones y los equipos históricos por una u otra razón. Lo haremos aquí y en Extra nbamaniacs, lugar donde seguiremos publicando contenido especial libre de publicidad para que los lectores puedan seguir apoyándonos directamenteDe hecho este texto lo puedes leer en Extra nbamaniacs libre de publicidad y de paso puedes apoyar nuestro proyecto de forma directa siendo suscriptor.

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(Fotografía de portada de Mike Zarrilli/Getty Images)


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