Abdel Nader ha sido el último Rookie del Año en la D-League, y no habrá ninguno más. Simplemente porque el año que viene la cantera de la NBA jugará bajo el nombre de G-League. Sin alarmas.
Al tema. En la extinta D-League, Nader optó por la vía estadounidense y se armó de paciencia. Seleccionado en el puesto 58º del Draft 2016 por los Boston Celtics, no se precipitó a la hora de buscar dinero y prestigio, y dio un paso atrás para granjearse la mejor de las fama antes de dar el salto al Coliseo.
El alero egipcio de 23 años, hizo todo lo que tenía que hacer en la Liga de Desarrollo. Aceptó su contrato con el equipo afiliado de los Celtics, los Maine Red Claws, y a partir de ahí fue una exhibición tras otra. Tras los 41 partidos de temporada sus promedios eran de 21,3 puntos, 6,2 rebotes y 3,9 asistencias.
Promocionado por cuatro años
Más que suficiente para pasar la prueba de Brad Stevens, quién ha decidido que lo quiere en su vestuario. Así pues, informa Shams Charania en The Vertical, Nader ha sido ascendido al primer equipo bajo un contrato de cuatro años y 6 millones de dólares.
Un salario modesto (muy modesto) pero que significa el salto de nivel de un jugador escogido en un puesto del Draft que tiende al olvido. Un lugar donde la mayor parte de sus homólogos pasados —con hermosas excepciones como Marc Gasol, Manu Ginobili o Isaiah Thomas— drafteados en misma o similar posición, acumulan óxido y herrumbre —y con su casilla en gris en Wikipedia— lejos, muy lejos, de la NBA.