Pese a haber sido elegido Mejor Novato del Año, Ben Simmons tiene mucho en lo que trabajar. El base de los Sixers tuvo una irrupción espectacular en la Liga gracias a su combinación de altura y agilidad, que le convierten en un jugador casi imparable a la hora de atacar el aro, y a su capacidad de dinamizar el ataque de su equipo, pero dejó también evidencias de su limitada habilidad en el tiro.
De sus 15,8 puntos anotados por partido, 12,7 fueron en la pintura, lo que le convirtió en el cuarto máximo anotador desde la zona. Simmons, consciente de sus limitaciones, realizó el 93% de sus lanzamientos a cuatro metros del aro o menos, y solo llegó a lanzar 11 triples, de los que no anotó ninguno. Esto acabó limitando sus posibilidades ofensivas, pues muchos rivales comenzaron a flotarle de manera descarada e incluso se vio sometido al hack en ciertas ocasiones, pues su porcentaje de tiros libres apenas alcanzó un paupérrimo 56%.
No obstante, el australiano ha reconocido que está tratando de pulir estos defectos: “Este verano he estado trabajando en ciertas cosas de cara a esta temporada” comentó a Brian Seltzer, periodista de la web oficial de los Sixers. “Se trata de ir poco a poco. Si mejoro mis tiros libres iré sumando más puntos, si empiezo a anotar tiros la defensa me tendrá más respeto y tendré más capacidad de movimiento… Añadiendo continuamente detalles a tu juego es como llegas a hacerte grande”.
Varios ejemplos a seguir
Simmons no es ni será el primer jugador que llega a la NBA adoleciendo de rango de tiro. Un caso similar podría ser el de Giannis Antetokounmpo, que no tardó en comprender que, si quería ser una superestrella de la Liga, no podía vivir solo de su potencial para la penetración hacia canasta. El griego, aunque sigue sin ser un gran tirador, ha mejorado notablemente sus lanzamientos desde media distancia, un objetivo que debería ser el primero del base australiano.
Podemos también tomar como ejemplo el caso de Ricky Rubio. El base de los Jazz destacó en sus primeros años por la estética de su pases, pero pronto empezó también a encontrarse con defensas que le regalaban mucho espacio y le invitaban a tirar sabedoras de sus dificulates. Sin embargo, el trabajo ha acabado dando sus frutos, y el español ha firmado este año su temporada con más triples anotados y con mejor porcentaje en sus lanzamientos exteriores. Si Simmons, aún con 22 años, sigue una línea de crecimiento similar, estaremos hablando de uno de los jugadores más complicados de defender del campeonat.