La segunda parte de la temporada ha sido bastante decepcionante para Chicago. La ambición que demostró su gerencia en el cierre del último mercado con la incorporación de Vucevic no ha terminado dando los frutos esperados. Los Bulls se quedan un año más sin el premio de la postemporada. Sin embargo, la franquicia está muy lejos de sumirse en el pesimismo, y su entrenador, Billy Donovan, está entusiasmado con los próximos pasos del proyecto.
En su última charla postpartido del curso el técnico ha admitido lo difícil que ha sido encajar todas las piezas en una temporada como esta. «Creo que los chicos han hecho todo porque funcione. Todos ellos intentaron ganar. Pero la baja de Zach [LaVine] por COVID-19 terminó de destruir toda la química que habíamos logrado». En ese punto, el entrenador se planteaba «si podía hacer algo ofensiva o defensivamente para ayudar al equipo. Y quizás no. Quizás todo se deba a la falta de entrenamiento, que lo hace todo demasiado difícil».
Donovan solo tenía buenas palabras para sus jugadores. En especial con el novato Patrick Williams, con el cual dijo estar «deseando trabajar en la offseason» por el potencial que le vislumbra. También con Coby White. El resto de la rueda de prensa redundaba en las complicaciones que ha supuesto la pandemia en el transcurso de la competición.
Aunque pudiese dar la sensación de excusarse, sus declaraciones siempre iban dirigidas a emplazar a lo que todavía está por construir en Chicago. De hecho, comunicó a la prensa su deseo de tratar con ellos en persona y no en formato videoconferencia. Los Bulls se enfrentan a un verano de gran importancia en el devenir de la organización a corto y medio plazo, y Billy Donovan tiene la esperanza de que la próxima temporada sea al fin el punto de inflexión.
(Fotografía de portada de Jonathan Daniel/Getty Images)