Devin Booker se encargó de dar una masterclass de anotación en su visita a Nueva Orleans. El escolta comandó la victoria de Phoenix por 109-123 con un absoluto recital, sumando 52 puntos y dando la sensación de que no fue más allá porque no lo consideró necesario. Y es que el de los Suns llegó a dicha cifra en apenas tres cuartos, y aunque sí pisó la pista durante el último, no salió ni mucho menos a intentar aumentar la marca y volvió pronto al banquillo para disfrutar de un merecido descanso en un encuentro que estaba ya completamente resuelto.
Dichos 52 tantos suponen la anotación más alta de la temporada para él, que no llegaba a una cifra así desde, curiosamente, el choque ante los Pelicans del pasado curso, en el que, esta vez en Phoenix, alcanzó los 58. De esta forma, suma ya seis partidos con al menos 50 puntos vistiendo la camiseta de las Suns, tantos como el resto de jugadores de la historia de la franquicia juntos.
Booker dejó claro desde muy pronto que esta iba a ser una noche especial, sumando 25 tantos en un primer cuarto absolutamente infernal. Con una eficacia asombrosa y un amplio repertorio de recursos, comenzó a abrir distancia en el marcador y a hacer intuir que iba a haber una cifra notable en su casillero al terminar la noche, y así lo confirmó tras un tercer cuarto igualmente sensacional. En él llegaron 20 de sus puntos mientras los Pelicans seguían tratando de encontrar la forma de frenarlo, algo de lo que no fueron capaces en toda la noche y que le hizo terminar con un 60% de acierto en su tiros a canasta.
Esta exhibición llevó en volandas a unos Suns que llegaron a verse 30 arriba y que pudieron permitirse el lujo de dejarse ir en los minutos finales. Al margen de Booker, Kevin Durant destacó también con sus 26 tantos, pero el hombre de la noche fue indiscutiblemente el dorsal número 1.
También fue el 1 de los Pelicans el que se encargó de comandar a los suyos en anotación, pues Zion Williamson terminó líder en esta faceta con 24 puntos, seguido por los 17 de Brandon Ingram. No obstante, ninguno de los hombres de Green estuvo cerca de hacer de este un encuentro competido, pues Devin lo dinamitó desde el principio y recordó al mundo que, si bien su balance es todavía discreto (aunque va cogiendo forma) estos Suns tienen mucho potencial, mucha hambre, y mucho que decir.
(Fotografía de portada: Sean Gardner/Getty Images)