Todas las alarmas pueden empezar a sonar en Boston. Por primera vez desde 1993, un primer cabeza de serie abrió sus playoffs con dos derrotas. Chicago aprovechó de nuevo las lagunas en la zona de los Celtics para lograr una cómoda victoria por 97-111. El equipo de Brad Stevens, claramente frustrado, no encontró la fórmula de remontar, ausentes de ideas y acierto.
Alma quebrada
Jimmy Butler pushes the @chicagobulls lead back up to double digits on @NBAonTNT. #NBAPlayoffs pic.twitter.com/TCuWFQLh9O
— NBA (@NBA) April 19, 2017
Es bastante posible que la eliminatoria hubiera tenido un color diferente si su estrella Isaiah Thomas y, por extensión, su vestuario, no hubieran recibido el trágico golpe del fallecimiento de su hermana Chyna. El base, de nuevo el máximo anotador de su equipo con 20 puntos, no pudo asumir el protagonismo habitual en los momentos complicados. Sin otro Celtic capaz de suplir su responsabilidad, los Bulls ganaron confianza minuto a minuto.
El pecado original de Boston, eso sí, volvió a estar en la pintura. Las primeras ventajas de Chicago llegaron gracias a su trabajo en la pintura, dominando con claridad el rebote (6 ofensivos solo en el primer cuarto). Los Celtics mejoraron mientras avanzaba el partido, pero para entonces los Bulls estaban encontrando otras fórmulas de hacer daño.
La venganza de un ex-Celtic
Rajon Rondo fills the stat sheet as the @chicagobulls take a 2-0 series lead. #NBAPlayoffs pic.twitter.com/bQoMthEEhc
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Nikola Mirotic, desastroso en el primer partido, tuvo un primer cuarto excepcional (ahí anotó 10 de sus 13 puntos). Pero el gran líder de los Bulls fue Rajon Rondo. El que fuera cuatro veces All-Star en Boston, y en algún momento de la temporada marginado de la rotación, mantuvo un dominio total del juego. El base terminó con 11 puntos, 14 asistencias, 9 rebotes y 5 robos, alimentando a la perfección a sus compañeros, particularmente a Jimmy Butler (22 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias).
Con el ataque de los Bulls funcionando de forma fluida, y con Robin Lopez (18 puntos y 8 rebotes, 5 ofensivos) manteniendo los problemas interiores de Boston, los Celtics iban perdiendo pie. Jae Crowder (16 puntos) o Marcus Smart (13) intentaban aportar fluidez, pero los ataques no funcionaban, más allá de las apariciones intermitentes de Thomas. El remate final de Dwyane Wade (11 de sus 18 puntos en el último cuarto) sentenciaba ante el estupor del TD Garden.
Desde 1993
D-Wade is heating up.
The @chicagobulls have their biggest lead of the night on @NBAonTNT. pic.twitter.com/1N1wmw3lnJ
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24 años atrás, los Suns de Charles Barkley, entonces el mejor equipo del Oeste, perdieron sus dos primeros partidos en casa ante unos Lakers en los últimos coletazos de la era del «Showtime», aún con James Worthy y Byron Scott, pero ya sin el retirado Magic Johnson. Entonces, Phoenix remontó y se llevó los tres duelos siguientes (la serie era a 5 partidos) en su camino a las Finales NBA. En 2017, los Celtics tendrán un reto igual de difícil, aunque el corazón de su estrella siga al otro lado del país.