Uno de tantos estímulos ad hoc que los equipos acuerdan con sus jugadores, a ver si estos se pican y suben un escalafón más en su gráfica de rendimiento.
Clint Capela es un jugador de los de tres virtudes y media, pero que tanto las ‘tres’ como la ‘y media’ las despliega eficaz y estupendamente bien. Conoce tanto sus dones como sus limitaciones. Y no siente ninguna necesidad de salir de su pecera, en la que se desenvuelve como sábalo en el océano.
Sin embargo, la naturaleza del juego le obliga, de forma regular, a salir de su elemento. Como a un alcatraz llegada la hora de alimentarse; unos pocos y triunfales segundos fuera de su zona de confort para salir instantes después con el estómago lleno de peces o, en su caso, con el boxscore repleto de puntos.
Capela es un pívot que acude de media, esta temporada, 3,9 veces por encuentro a la linea de personal (0,4 más que el año anterior). No son muchas, pero en unos playoffs donde las defensas se ajustan y los espacios se cierran, pueden llegar a ser decisivas.
Y como todos sabemos ya, el pívot pertenece a esa categoría de ídems a quienes las faltas de tiro y los 2+1, más que una oportunidad, son una tortura por la que pasar.
Progreso
Dicho esto, tan mal empezó Capela su carrera NBA desde el tiro libre, que sólo podía hacer una cosa: mejorar. ¡Y vaya si lo está haciendo!
| Temporada | % Tiros libres |
| 2014/15 | 17,4% |
| 2015/16 | 37,9% |
| 2016/17 | 53,1% |
| 2017/18 | 56% |
En base a esta progresión –como el entusiasta de los numeritos, Albert Nahmad, nos recuerda– los Rockets establecieron un umbral, para este curso, de un aparentemente arbitrario (por utópico) 65% de acierto en tiros libres, como requisito para un bono extra de 500.000 dólares.
A pesar de la evolución, para un jugador con un promedio de eficacia desde la personal del 48,2% y una mejor marca del 56%, seguía pareciendo un salto demasiado grande. Pues bien, en estos momentos Capela presume de un 63,8%.
Morir en la orilla
Con tan solo dos encuentros por delante, todo indica que se quedará a las puertas, y en Tesorería podrán aflojarse el nudo de la corbata, sabiendo que podrán seguir contando en su fondo de reserva con esos 500 mil. Pues para cubrir ese ínfimo 1,2%, el center necesitaría anotar nueve tiros libres sin fallo. Algo casi imposible.
Pero con prima o sin ella, ahí está. Otro paso no menor en un ‘5’ de tan solo 24 años, que no para de crecer a pasos agigantados.
(Fotografía de portada de Bob Levey/Getty Images)