Derrick Rose, apartado de los Cavaliers y planteándose su futuro

Las cosas no marchan bien para Derrick Rose. Hace tiempo que no lo hacen. En su nueva temporada con los Cleveland Cavaliers la situación comenzó a emborronarse desde el principio. En el segundo partido del año, una acción ante Greg Monroe y los Bucks terminaba con el base lesionado en el tobillo y ausente los siguientes cuatro partidos de su equipo. Volvió a jugar pero poco duró la calma física, pues el 8 de noviembre volvía a quedarse fuera por, nuevamente, molestias en su tobillo izquierdo. Lesiones y más lesiones, trágico resumen de su carrera en los últimos años; casi desde que ganó el MVP con los Bulls (año 2011).

El último capítulo de Derrick Rose en la NBA también está escrito en clave de tragedia (o casi, pues hablamos de deporte). Adrian Wojnarowski y Dave McMenamin pudieron adelantar este viernes para ESPN que el base de los Cavs se encuentra apartado del equipo y planteándose «seriamente» su futuro como jugador profesional de baloncesto.

Una fuente de Cleveland pudo revelar a Wojnarowski y ESPN que Rose está cansado de sus percances físicos, de caer lesionado, y que eso le ha afectado a su mentalidad como deportista. Por tal motivo, el base habría dejado la normalidad de los Cavs en estos momentos y se encontraría lidiando con su particular odisea por su cuenta.

No es cuestión baladí, pues la frustración de Rose con sus constantes tropiezos físicos le ha llevado a plantearse si realmente vale la pena seguir jugando en la NBA.

De hecho, parece que desde la franquicia de Ohio existe bastante incertidumbre respecto a si Rose volverá a estar con el equipo en el futuro; sobre si volverá a ser jugador de Cleveland. De momento ha dejado los entrenamientos y sesiones preparatorias de los Cavs.

En estos momentos, insistimos, Rose se encontraba fuera de la normalidad competitiva de los Cavaliers por molestias en su tobillo izquierdo, dolencia que arrastra desde el inicio de temporada.

Pretemporada de Rose, nueva actitud

Duro contratiempo para un Rose que había comenzado la pretemporada con Cleveland plagado de nueva energía, renovado después de años de interminables pasos atrás en lo físico. Como cuenta el periodista Chris Mannix, los propios compañeros de los Cavs eran testigos de ese cambio de enfoque de Rose; no obstante, su actitud renovada duró hasta que llegó la lesión en el segundo partido de la temporada.

El currículum de Derrick Rose con las lesiones, como todo el mundo sabe, es para llenar varias carreras en clave de horror. Hasta tres veces lesionado de gravedad en la rodilla (dos con Chicago, ligamentos, y una con New York, menisco), además de innumerables problemas no tan graves pero igualmente tediosos y constantes en todo el largo y ancho de su estructura.

Rendimiento aceptable, adiós estrella

En las últimas temporadas Rose había podido presentar un rendimiento aceptable, aunque ya no de gran estrella y siempre condicionado por perderse un gran número de partidos. Siempre los problemas físicos. Desde que sufriera su primera gran caída en la rodilla (año 2012), ha disputado 237 partidos de 412 posibles. En la última temporada con los Knicks, llegó a 18 puntos por noche y más de 32 minutos, pero tuvo que decir adiós a la temporada en marzo por una lesión en el menisco.

La historia de nunca acabar con las lesiones; la del MVP que pudo dominar la competición si no se hubiera cruzado con las enfermerías.


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