Las sanciones a los aficionados de 76ers y Knicks no parecen haber sido suficiente para imponer un comportamiento civilizado en los pabellones. Tras el cuarto partido entre Celtics y Nets, uno de los asistentes al TD Garden arrojó una botella a Kyrie Irving mientras este ponía rumbo al túnel de vestuarios, y estuvo cerca de impactar al jugador en la cabeza. La policía de Boston se vio obliga a intervenir, llevando al responsable fuera del pabellón y deteniéndole por «lanzar un objeto».
«La gente se siente con derecho a todo» afirmó el base. «Han pagado su entrada, genial, y les agradezco que vengan a verlos partidos, pero esto no es un teatro en el que lanzar tomates a la gente que está actuando. Artistas y deportistas han sido tratados durante mucho tiempo como si fueran un zoo humano. Se lanzan objetos, se gritan cosas… Y se llega a un punto en el que es demasiado».
El recibimiento a Irving ya fue bastante agresivo en el Game 3, aunque por su puesto no se acercó a estos límites. Aparentemente, lo que prendió la mecha esta madrugada fue un gesto del base al final del choque, cuando se acercó a saludar a sus compañeros al centro de la pista y pisó con algo de fuerza sobre el duende del logo de los Celtics. El gesto, si bien podría considerarse irrespetuoso, no deja de ser eso, un gesto, en absoluto merecedor de dicha reacción agresiva hacia el jugador.
«Apoyaremos y ayudaremos a la policía mientras se esté revisando el incidente» afirmó un portavoz de la administración del TD Garden. «No vamos a tolerar ninguna violación de nuestros códigos de comportamiento, y el responsable podría ser vetado de por vida del pabellón».
Dado que la eliminatoria va 3-1, una victoria de los Nets en el Game 5 haría que no tuviera que regresarse a Boston, lo cual ayudaría a calmar los ánimos con respecto a la relación entre Irving y la franquicia de Massachusetts. Veremos si la próxima vez que se vean las caras existe una actitud más conciliadora por ambas partes o si, por contra, hemos visto el inicio de una guerra que no está cerca de terminar.
(Fotografía de portada: Maddie Meyer/Getty Images)