La NBA va muy rápido, y menos de dos años después de la marcha de Kevin Durant, Golden State Warriors es un equipo de mitad de tabla en el Oeste. Obviamente, la vida es más cómoda siendo el equipo más talentoso de la liga —probablemente de la historia— pero a Draymond Green no le disgusta partir sin el favoritismo. «Durante cinco o seis años hemos sido los cazados, ahora volvemos a ser cazadores» decía Green al término de la victoria de ayer contra los Suns. «Es una posición divertida sentir que persigues a alguien para cazarlo» refiriéndose a ser inferiores sobre el papel.
Esta actitud puede chocar con la que mostraba el pívot hace unas semanas, cuando aseguraba «no estar motivado por competir el play-in». Sin embargo, la mejora general del equipo ha podido animar a Green, que vive su mejor momento personal de la temporada. «Al principio todo era Steph [Curry] y si él no rendía no teníamos ninguna posibilidad». Una dinámica que cree que ha cambiado «esta noche hemos movido el balón. No hemos estado muy acertados, pero hemos metido los tiros cuando más importaba». Green parecía satisfecho tras una victoria cosechada en torno a los 38 puntos de Andrew Wiggins, del que decía que «ofensiva y defensivamente ha estado increíble».
Sin embargo, Draymond no parece estar de acuerdo con la comparación los Warriors del We Believe. Aquel equipo comandado por Baron Davis en el campo y Don Nelson en el banquillo, logró la proeza de eliminar en primera ronda a los Dallas Mavericks del Nowitzki MVP en 2007. Golden State partía como octavo de conferencia y llegó a esa clasificación por los pelos. El Defensor del Año de 2017 se ha mostrado tajante ante las similitudes. «No somos el We Believe 2.0, tenemos al j***** Stephen Curry».
(Fotografía de portada de Ezra Shaw/Getty Images)