Hace cuatro años, el G League Ignite nació como forma de dar a los jugadores salidos del instituto la oportunidad de seguir desarrollando su carrera y prepararse para dar el salto a la NBA sin pasar por el baloncesto universitario. El modelo de la NCAA, que no paga salarios a sus jugadores y limita sus posibles contratos comerciales, se había vuelto cada vez más polémico, y muchos jóvenes exigían tener el derecho empezar a tener carreras profesionales a una edad más corta. Exigencias que el Ignite, que da sitio a estos jugadores y les paga un salario por jugar, satisfacía.
Sin embargo, el deporte universitario ha dado recientemente un paso con las nuevas normas NIL, que no terminan de profesionalizar sus ligas pero sí permiten a los jugadores capitalizar sus carreras. Una decisión que, tal y como ha reconocido Adam Silver, hace quizás redundante la existencia del Ignite.
«En vista de estos cambios, creo que tenemos que replantearnos la existencia el Ignite» comentó el comisionado. «Muchos jugadores no querían pasar un año en la universidad porque sentían que era injusto, y querían tener la posibilidad no solo de tener un sueldo sino de firmar acuerdos comerciales que no se permiten en la universidad o contratar agentes profesionales, algo que no podían hacer. Sin embargo, estas oportunidades ya están a su alcance también en la universidad».
«No será cuál es el futuro del Ignite, porque antes sentíamos que su existencia llenaba un vacío en el mercado que ya no existe» concluyó.
Silver, por supuesto, no dice nada de esto por casualidad o por accidente. El comisionado es normalmente muy cuidadoso con aquella información que revela a los medios, y cuando anticipa posibles cambios, como ha ido ocurriendo en los últimos años con normas como el mínimo de 65 partidos, la Copa NBA o la vuelta del All-Star Game a un Este contra Oeste, es porque las ideas están bastante avanzadas. No está claro qué ocurrirá con el Ignite, pero es probable que ya para el curso 24-25 deje de ser lo que es actualmente.
Desde su implementación, picks muy altos del draft como Jalen Green o Scoot Henderson han pasado por el equipo, que se ha ido convirtiendo en una opción cada vez más popular. Este año, jugadores como Matas Buzelis y Ron Holland, que apuntan a top 10 del draft, forman parte de la plantilla de esta temporada, demostrando cómo esta es una vía a la que, pese a la enorme tradición el baloncesto universitario en Estados Unidos, cada vez más jóvenes miraban con interés.
(Fotografía de portada: Ethan Miller/Getty Images)