Los Pacers se han llevado una victoria de mucho peso al doblegar a los Milwaukee Bucks. Y en contra de lo que la ausencia de Damian Lillard y el torpe inicio de los de Wisconsin, que se vieron 18 abajo en el primer cuarto, podían invitar a pensar, no fue por exceso de relajación de los visitantes. El conjunto de Adrian Griffin logró rehacerse de su mal inicio y hasta llegó a tener el triunfo en su mano, pero Indiana se lo arrebató en un excelso final para acabar imponiéndose 126-124.
Para ello, tuvieron que sobrevivir a la actuación de un Giannis Antetokounmpo que, tras su expulsión ante los Pistons, decidió desquitarse en el Gainbridge Fieldhouse con una de sus actuaciones más dominantes. El griego tuvo una de esas noches en las que ningún obstáculo situado entre el aro y él parecía suficiente para frenarle, y a base de atacar continuamente la canasta y de, casi por primera vez en lo que va de temporada, castigar desde el tiro libre cada vez que la defensa rival recurría a las faltas para contenerle (16/18) dio por completo la vuelta a un duelo que había arrancado con los locales volando.
El ala-pívot estableció el récord anotador de lo que va de curso con 54 puntos, solo uno por debajo de su récord personal, y lo hizo con una efectividad arrolladora. Giannis anotó 19 de los 25 lanzamientos a canasta que intentó, haciendo de esta la 18ª vez en la historia de la liga en que un jugador supera los 50 tantos con un 75% de acierto en sus lanzamientos y al menos 10 rebotes (terminó con 12), algo que ya había logrado en dos ocasiones. No obstante, a diferencia de los 17 precedentes anteriores, este se saldó con primera vez con derrota.
Y es que, tras todo un partido siendo absolutamente incontenible, la llegada del clutch pareció poner un freno tanto para el heleno como para los Bucks. Quién sabe si por cansancio o para tratar de deshacerse de los dos contra uno de la defensa de Indiana, Giannis cedió el protagonismo en los minutos finales a Middleton, que se ha encargado de esta labor en ocasiones pero que esta vez no estuvo del todo fino. Y cuando por fin se decidieron a buscar a Antetokounmpo, lo hicieron en situaciones mucho más estáticas y alejadas del aro que con las que había dominado minutos antes, lo que le hizo perder dos balones que resultaron fatales.
Fue entonces cuando la ausencia de Lillard se hizo notar de verdad, pues aunque su encaje en el equipo está siendo muy mejorable, si en algo ha tenido impacto desde el día uno es a la hora de fabricar jugadas en los momentos importantes. Y eso fue lo que le faltó hoy a los Bucks, que se rehicieron de su desastroso inicio hasta colocarse 10 arriba en el último cuarto pero simplemente remaron para morir en la orilla.
Haliburton y Mathurin, futuro y presente
Pero no solo el colapso ofensivo de los visitantes fue el motivo del resultado final. Indiana logró sobreponerse y mantenerse con vida gracias a su movilidad y a su acierto exterior (20 triples anotados), y de la mano de un sensacional Tyrese Haliburton gestionó mucho mejor las posesiones finales. El ex de los Kings, autor de 29 puntos y 10 asistencias, volvió a ser el motor y el cerebro del equipo en cada uno de sus minutos en pista, e incluso se encargó a poner la guinda a su noche con el triple que devolvió la ventaja a los locales a falta de poco más de un minuto. No obstante, el base no estuvo ni muchos menos solo, pues contó con la inestimable ayuda de un Bennedict Mathurin que sigue yendo a más.
El alero llamó la atención en su llegada a la liga por su anotación, y, con sus 26 tantos y su capacidad para anotar por encima de casi cualquier punteo, esta madrugada no estuvo falto de ella. Pero su hambre y su crecimiento en otras facetas estuvieron también presentes. El sophomore terminó el duelo con 11 rebotes, cuatro de ellos en ataque y algunos de vital importancia en el último cuarto, y fue también protagonista de muy buenas acciones defensivas, incluyendo dos manos salvadoras en dos intentos de Giannis de ir hacia el aro en los compases finales. Ambos dieron muestra de que estos Pacers tiene una enorme proyección pero también muchas ganas de dar guerra en el presente, y, tras este triunfo que les sitúa terceros del Este, será difícil arrebatarles esa ilusión.
(Fotografía de portada: Tim Nwachukwu/Getty Images)