Ver jugar a los Indiana Pacers resulta en ocasiones similar a ver pasar un huracán por una pista de baloncesto. Son pura velocidad, movimiento sin balón, circulación y generosidad. Una combinación que no solo resulta muy agradable de presenciar como espectador, sino que les está dando unos excelentes resultados. Y que esta noche han sublimado en la visita de los Atlanta Hawks al Gainbridge Fieldhouse.
El cuadro de Rick Carlisle ha arrollado a los de Georgia por un contundente 150-116, llegando a los 150 puntos por tercera vez en lo que va de temporada y situándose a solo una del récord histórico absoluto durante una liga regular. Pero lo más asombroso no es el qué sino el cómo.
Los Pacers anotaron 60 tiros de campo, de los cuales 50 llegaron tras asistencia. Y aunque el concepto de asistencia en la NBA es algo más amplio que en el baloncesto FIBA, este no deja de ser un dato absolutamente demoledor y que define a la perfección lo que es este equipo. Tyrese Haliburton, al frente en esta materia con 18 asistencias, consigue encontrar orden en el caos y coherencia en el frenesí, marcando un ritmo atroz que resulta imposible de seguir para los rivales y que hace volar a sus compañeros, que saben que si están en una buena situación, el balón les llegará. Y esta noche apenas desaprovecharon oportunidades.
Solo 10 equipos en la historia de la NBA habían terminado un partido con al menos 50 asistencias, y solo uno lo había conseguido en el siglo XXI: los Washington Wizards. Ocurrió precisamente ante los Pacers en mayo de 2021, en un encuentro en que Russell Westbrook repartió 24 pases de canasta y en el que el 154-141 que refleja el marcador permite intuir que no se defendió demasiado. El anterior precedente hay que ir a buscarlo mucho antes, concretamente a 1990, cuando los Suns llegaron a las cinco decenas al anotar 173 puntos a los Nuggets.
«El número de asistencias es tremendo, y obviamente haber batido el récord histórico de la franquicia es algo que habla muy bien de la generosidad de este equipo» afirmó Rick Carlisle. «Es algo que celebrar, pero en esta liga los periodos de celebración tienen que ser muy cortos. Esta noche tenemos que irnos a la cama pensando en el partido del sábado contra Boston».
Este baloncesto pasó completamente por encima de Atlanta, que ya se vio 15 abajo en el primer cuarto y que nunca dio la sensación de estar en el partido. La diferencia alcanzó los 38 tantos recién iniciada la segunda mitad y prácticamente no se redujo en ningún momento, pues los Pacers han encontrado un equilibrio entre divertirse y ganar que hizo del pabellón una fiesta a la que los Hawks no asistieron como invitados sino como sparring.
(Fotografía de portada: Andy Lyons/Getty Images)