Ya hemos visto el debut de James Harden junto a Kevin Durant y en cuestión de horas podemos presencias el primer partidos de estos formando un Big Three de ensueño con Kyrie Irving. El base, quien se ha perdido los últimos seis encuentros, ha pasado a ser listado como duda por parte de Brooklyn para el partido de esta noche ante Milwaukee Bucks; es decir, podría jugar.
La ausencia del point guard en los últimos partidos estuvo marcada en primer lugar por un halo de misterio –solo se hablaba de motivos personales–, y finalmente por un sesgo de rebeldía o poca cabeza –llámenlo como quieran– al comprobar que había acudido a una fiesta de cumpleaños sin mascarilla, comportamiento que le reportó una multa de 50.000 dólares al saltarse el protocolo de salud y seguridad de la NBA contra el coronavirus.
Sea como fuere, lo cierto es que podemos estar ante la primera noche en la que jueguen juntos Kyrie Irving, James Harden y Kevin Durant. Cuando llegó Sean Marks a los despachos del equipo, hablamos del año 2016, este parecía un solar de presente con difícil solución de futuro. Los neoyorquinos aún arrastraban la pesadumbre del fatídico traspaso de Paul Pierce, Kevin Garnett y Jayson Terry. Ahora algunos creen que con Harden ha apretado el mismo gatillo. Pero es muy diferente. Aquellos jugadores, enormes por supuesto, estaban cerrando sus carreras. Los presentes, dos MVP y un campeón de la NBA, están en la plenitud de las mismas.
Por números esto es una auténtica locura. Entre los tres ganan en el presente curso 115 millones de dólares. Para hacernos una idea de lo que supone esto, según recalca HoopsHype se trata del montante global que gastaron los Lakers en su plantilla de la pasada temporada. Por supuesto es el trío de jugadores mejor pagado en la historia de la NBA.
A nivel económico las cifras son tremendas, pero en el apartado estadístico tampoco se quedan atrás. Si sumamos los actuales números de los tres jugadores –Harden ha jugado por debajo de su nivel en la actual campaña– nos encontramos con una combinación de 83,4 puntos, 16,3 rebotes y 22,6 asistencias. Sí, cuando los tres funcionen cualquier rival se las deseará para minimizar tal potencial de juego.
(Fotografía de Sarah Stier/Getty Images)