Más allá de aquellos objetivos establecidos en el ámbito colectivo, Joel Embiid se ha marcado un claro propósito para sí mismo: castigar a todo aquel defensor que se interponga entre la canasta y él.
Dos días después de superar a Myles Turner, el pívot de los 76ers ofreció una nueva demostración de insultante dominio al pasar por encima de Rudy Gobert con un doble-doble de 40 puntos y 19 rebotes, incluido el triple que llevaría el encuentro a la prórroga y, posteriormente, al triunfo de Philly. Por su parte, el internacional francés se tendría que conformar con unos discretos 12 puntos. «Esta temporada quiero destruir todo a mi paso», declaró el camerunés tras el triunfo ante los Jazz.
Embiid ya había tenido sus más y sus menos con el interior de los Jazz. El pasado mes de diciembre había compartido su desacuerdo con la decisión de la NBA de situar al francés en el Tercer Mejor Quinteto de la pasada temporada en lugar de él. «Estoy de acuerdo con que Anthony Davis tuvo una temporada mejor que la mía. ¿Jokic? Eso es debatible pero, ¿Rudy Gobert? Sin ofender, pero promedió 15 puntos y 13 rebotes. Yo hice 23 puntos y 12 rebotes. Y esa es una gran diferencia», declararía entonces.
Entre sus objetivos previos al arranque del curso, Embiid había compartido su deseo de ganar el premio al Jugador Defensivo del Año, un galardón que, precisamente, Rudy Gobert también aspira a conquistar este curso por tercera vez.
En unos 76ers que son líderes de la Conferencia Este, el pívot está promediando 30,2 puntos, 11,6 rebotes, 3,3 asistencias y 1,2 tapones por partido, estableciéndose como uno de los grandes candidatos al MVP de la temporada.
(Fotografía de portada de Tim Nwachukwu/Getty Images)