Los Celtics no sabían lo que era perder en Boston esta temporada, pero la visita de los vigentes campeones ha cambiado las cosas. Los Nuggets se convirtieron en el primer visitante en ganar en el Garden al imponerse por 100-102 en un duelo que perfectamente pudo ser un adelanto de lo que veremos en junio y que, como tal, dejó conclusiones a sacar por los dos lados. Pero sobre todo, dejó la sensación de que los dos hombres que dominaron el pasado junio podrán seguir haciéndolo durante mucho tiempo.
La pareja formada por Jamal Murray y Nikola Jokic controló por completo el partido, a ratos cada uno en solitario y a ratos trabajando juntos. Boston comenzó el partido dejando al serbio jugar el uno contra uno en el poste, reduciendo las ayudas para obligarlo a ejercer más como anotador que como pasador, y este respondió anotando 15 puntos en un primer cuarto en el que no pareció siquiera ser consciente de que la defensa de Porzingis estaba ahí. Luego le llegó el turno al canadiense, que gestionó a la perfección los minutos en los que el pívot descansaba para mantener a los suyos a flote, haciendo lo que quiso en aclarados para sumar 15 tantos en el segundo periodo. Y ya en la segunda parte, empezaron a asociarse en pick & roll y en mano a mano para terminar de hundir a los locales.
Ambos acabaron combinándose para un total de 69 puntos, 35 de Murray y 34 de Jokic, y contando las asistencias a sus compañeros generaron un total de 83. O lo que es lo mismo: Denver solo anotó cuatro canastas en juego que no estuvieran creadas por su dúo estelar. Y de esas cuatro, dos fueron dos rebotes ofensivos que Michael Porter Jr. anotó sin oposición bajo el aro. Básicamente, la producción ofensiva de los Nuggets consistió en su totalidad en lo que pudieron inventar entre ellos.
Hasta tal punto fue así que solo Porter, con 13 tantos, les acompañó en dobles dígitos, y lo hizo con un partido mejorable en el que se quedó en un pobre 1/4 en triples. El resto de hombres fueron incluso invitados a tirar todas las veces que quisieran por la defensa local, que concedió triples abiertos a Aaron Gordon (0/3) y Peyton Watson (1/6) con tal de que el balón no volviese a manos de Jamal o Nikola. Porque cada vez que la bola llegaba a sus dos figuras de referencia, los Celtics estaba en problemas.
Problemas en el clutch
No puede decirse lo mismo del aro contrario, en el que Boston no encontró manera de activar a Tatum y, sobre todo, a Brown, muy desdibujados a lo largo de la noche. Si bien Jayson, aunque muy fallón desde el exterior (1/8), sí encontró formas de sumar atacando el aro o posteando y llegó a los 22 puntos, Jaylen apenas logró producir en ataque a lo largo de la noche, quedándose en tan solo 13 y dejando un hueco en la anotación que los de Mazzulla no pudieron llegar.
Derrick White, máximo anotador de los suyos con 24 tantos, trató de ejercer ese rol en la segunda mitad, mientras que Kristaps Porzingis, si bien arrancó letal desde el triple y sumó 15 puntos en el primer cuarto, fue poco a poco desapareciendo, no fue capaz de aprovechar los missmatch con jugadores más pequeños, y se quedó en apenas 21.
Todos estos problemas generaron el clima perfecto para que Boston reviviera uno de sus problemas: la falta de orden en los minutos finales. Con una única canasta en los últimos 4 minutos, la ofensiva local se llenó de posesiones estériles y de triples intentados sin generar nada antes, y cuando llegó el turno de que la pizarra de Mazzulla aclarara la situación, el técnico no estuvo precisamente imaginativo.
Con 100-102 en el marcador y 13 segundos para el final, pidió un tiempo muerto que no se tradujo en ninguna jugada interesante en la pista, hasta el punto de que la posesión quedó tan atascada que él mismo tuvo que interrumpirla con otro tiempo muerto. Esta vez, optó por la solución fácil y decidió marcar un balón a Tatum en el poste para que buscase el empate con un tiro de media distancia, pero el balón se estrelló en el aro. Así, tras 20 victorias consecutivas, los Celtics recordaron lo que es perder en casa, y vieron que, pese a que han lucido como el equipo más dominante de la temporada, todavía tienen cosas que pulir.
(Fotografía de portada: Winslow Townson/Getty Images)