Este viernes, los Bulls duermen como equipo de lotería del draft. Tras varias semanas instalados en la zona de playoff, Chicago perdió su puesto en la mitad buena del Este tras una sonora derrota en su propia casa ante los Rockets de James Harden por 94-115. Entre abucheos, el equipo de Fred Hoiberg mostró su peor cara de la temporada durante gran parte del partido.
Dos cuartos demenciales
Entre el segundo y el tercer cuarto, Houston anotó 69 puntos, por solo 30 de Chicago. El parcial llegó a ser en un momento de 2-31 a favor del equipo tejano, jugando a placer ante unos rivales incapaces de crear buenas situaciones ofensivas. La 500º victoria en temporada regular de Mike D’Antoni (30º entrenador que registra este hito) acabó siendo un paseo imperial para unos Rockets que aún persiguen los primeros puestos de la liga persiguiendo a Warriors y Spurs.
Ni siquiera hizo falta un partido excepcional de James Harden (19 puntos, 13 asistencias y 7 rebotes), con Ryan Anderson (21 puntos, 6/12 en triples) acabando como máximo anotador. Chicago, donde Nikola Mirotic se ha quedado de la rotación incluso en minutos basura, llegó a estar 13 puntos arriba en un sobrio primer cuarto gracias a Dwyane Wade (12 puntos sin fallo, de sus 21 primeros, en ese parcial), pero perdió cualquier signo de cohesión interna a partir de ahí.
Perdiendo pie
El público del United Center no tuvo reparo en abuchear a sus jugadores en los peores momentos del partido. Las constantes rotaciones sin orden aparente de Fred Hoiberg no hacían más que desorientar a los Bulls, dependiendo de jugadas individuales sin fortuna frente a una defensa de Houston que nunca estuvo tan poco exigida. El resultado pareció encaminarse a un camino espantoso para Chicago, si bien el último cuarto, ya con los titulares descansando, sirvió para adecentarlo ligeramente.
Aun así, las consecuencias son claras en la Ciudad de los Vientos: desconexión entre público y equipo, jugadores sin química en la cancha y su puesto de playoff perdido. La victoria de Bucks (31-33) contra Indiana les aupa al octavo puesto, y Chicago (31-34) tiene que ver como Miami, el antiguo equipo de Dwyane Wade, les iguala en el noveno puesto. Dos equipos además en una racha totalmente inversa de los Bulls. Su cuarta derrota consecutiva acabó siendo la más dolorosa.