Con una diferencia enorme en cuanto a victorias, primero y segundo del Este se midieron en un encuentro que parecía destinado a determinar si la distancia de cara a una serie de playoffs era tan amplia como refleja la clasificación. ¿El resultado? No concluyente.
Los Celtics, que aventajan en 11 partidos a los Bucks, vencieron. Y convencieron… a ratos. Con Giannis Antetokounmpo ausente, un triunfo local era lo previsible y fue lo acabó ocurriendo, pero el 122-119 que reflejó el marcador final fue seguramente más parejo de lo que a los de Massachusetts les habría gustado. Y es que, aunque tal vez las victorias morales no sean sino algo que nos inventamos para seguir vendiendo narrativas, parece que Milwaukee se fue del TD Garden con buenas sensaciones y con la idea de que en condiciones normales la historia podría haber sido otra.
Pero esto no fue así durante todo el choque. En algunos tramos los de Mazzulla sí se mostraron verdaderamente dominantes y sí hicieron valer su dominio en la clasificación. Los minutos de vendaval en los que borran a su rival de la pista a base de triples estuvieron ahí, esos momentos en los que pestañeas y de repente Jayson Tatum ha metido 20 puntos (se fue con 23 al descanso) estuvieron ahí, la defensa capaz de dejar sin ideas a cualquiera con Porzingis cubriendo el aro y cuatro jugadores versátiles en el perímetro estuvo ahí… Pero esa sensación de fragilidad, de que en cualquier momento el mecanismo perfecto deja de funcionar y todo se hunde, también estuvo.
Salvando los muebles
Boston arrancó el último cuarto 21 arriba, pero acabó prácticamente pidiendo la hora ante el gran último cuarto de los Bucks, que llegaron a colocarse a solo dos de diferencia y soñaron con una machada que habría sido de lo más sonada. Dejando a Brook Lopez en el banquillo para emplear un quinteto más pequeño y flexible, los de Doc Rivers lograron por fin plantar una defensa eficaz sobre la pista y empezar a generar problemas a los locales, que dejaron de encontrar tiros abiertos y de sumar con facilidad y empezaron a verse en problemas.
No obstante, este arreón llegó demasiado tarde. Cuando los de Wisconsin colocaron el 116-114 en el marcador, quedaba ya solo medio minuto para el final y los Celtics pudieron matar el duelo desde el tiro libre sin necesidad de sufrir en exceso, aunque sí más de lo que esperaban cuando empezó el cuarto periodo. Porque aunque no pudieron quedarse la victoria, el parcial de 12-31 les dio un plan al que agarrarse.
Damian Lillard, con 32 puntos, volvió a ejercer como líder a falta de Giannis, secundado por Bobby Portis, que con 24 tantos y 15 rebotes volvió a aprovechar los minutos que le concede la ausencia del griego para dar un notable paso adelante. Khris Middleton, por su parte, alcanzó los 22 con un sensacional 8/11 en tiros de campo, transmitiendo muy buenas sensaciones tras la preocupación generada por su larga ausencia.
En los Celtics, Jayson Tatum encarnó perfectamente las dos caras del equipo, con una primera parte en la que anotaba prácticamente sin querer y una segunda en la que solo fue capaz de anotar un lanzamiento de campo. El alero terminó pese a todo como líder de los suyos con 31 puntos, pero fueron hombres como Derrick White o Jaylen Brown, que firmaron 23 y 21 respectivamente, quienes tuvieron más impacto en la segunda mitad. A su vez, Payton Pritchard fue la gran sorpresa de la noche llegando a los 19 tantos tras una gran primera mitad, resultando clave a la hora de abrir una distancia que terminaría siendo salvadora.
(Fotografía de portada: Adam Glanzman/Getty Images)