Crisis de los Lakers, en la que han conseguido ahondar unos ciertamente renacidos Clippers. Los de Doc Rivers vencieron a su vecino, en el duelo angelino que supuso además la vuelta a Blake Griffin tras un mes de baja (106-121).
Fue un triunfo claro de los Clippers, 6-4 en los últimos diez encuentros, segundo partido seguido ganado y los playoffs cerca. Los Pelicans, derrotados en el show de Dennis Smith Jr., cierran los puestos de las eliminatorias por el anillo del Oeste, con 18-17. Los Clippers, 15-19, están novenos a 2,5 victorias de la post temporada. Los Lakers, hundidos en el Oeste con cinco derrotas seguidas y 11-23.
Buen regreso de Griffin
Un mes antes de lo previsto y ante los Lakers contra los que se lesionó a finales de noviembre. Así volvía Griffin, quien acortó plazos de manera espectacular para sobreponerse de su esguince en el ligamento colateral medial de su rodilla izquierda. El de los Clippers, que aceleró esta semana para estar listo ante los Lakers, firmó 24 puntos, máximo anotador de la cita, 6 rebotes, 6 asistencias y 1 robo en 32 minutos sobre el parqué. Y por supuesto, de titular. «Hemos jugado muy duro y de la forma correcta. Quería volver y tener un exitoso primer encuentro», señaló Griffin a los medios tras el triunfo.
Blake Griffin returns to the lineup and scores a game-high 24 PTS to go along with 6 REB, 6 AST, as the @LAClippers win their fourth game of their last five!#ItTakesEverything pic.twitter.com/F9VqHkedz5
— NBA (@NBA) 30 de diciembre de 2017
La mala noticia, en Rivers
Pero las lesiones siguen persiguiendo a los Clippers, quienes vieron cómo otro de sus titulares, Austin Rivers, tenía que dejar el partido por problemas serios en su talón de Aquiles. Rivers necesitó ayuda para salir de la pista, en una nueva imagen de los problemas físicos que asolan a los angelinos y que les impiden gozar de su plantilla al cien por cien de efectivos.
Tristes Lakers
Reunión privada orquestada por Luke Walton antes del partido, para que salieran todas las cosas malas que pueda haber dentro de la plantilla, tanto en la pista como fuera de ella. Y sin embargo, a corto plazo no sirvió para nada. Los Lakers cayeron por quinta vez seguida, firman uno de los peores balances de la NBA y entran en barrena, otro curso más. Pueden agarrarse a la baja de Lonzo Ball, ausente en los dos últimos duelos por un esguince de hombro, pero los problemas parecen más profundos. Para más inri, cierran el año visitando a unos Rockets ávidos de éxitos y que al igual que los Lakers están inmersos en una racha de cinco derrotas seguidas.